La Navidad sin Felipe

Un sol  que quemaba hasta la propia tierra, las ramas de los pocos árboles que había en el camposanto se movían en señal de la ventolina fuerte. Faltaba poco para acabar la época lluviosa y con ella la bienvenida al verano abrasante de la capital panameña.

Floribella Soto, colocó unas rosas en la tumba de su pequeño Felipe, el niño del barrio de Santa Ana, quien partió del famoso mundo cruel a la edad de nueve años, luego de un infarto.

El sepulcro recién pintado de blanco, con su nombre Felipe Soto, nació 4 de agosto de 1968 y murió el 5 de septiembre de 1977. También tenía su respectiva cruz que simbolizaba el catolicismo enseñado.

¿Por qué ocurrió esto?, preguntaba su madre. Un infante que apenas iniciaba la carrera de la vida, sin embargo, su tragedia se convirtió en la victoria de Jessica Galindo Guardia, víctima de la leucemia.



Era 25 de diciembre de 1977, mientras otros celebraban la Navidad, Floribella vivía en un mundo desgarrador, preñado de recuerdos, tristeza, sin que hasta el momento hallara el consuelo y la paz interna.

Los hijos supuestamente deben sepultar a los padres y no al revés, pero Floribella estaba en el cementerio Amador visitando la tumba de su hijo.

Felipe y Jessica se conocieron en la iglesia de Santa Ana, donde ambos iban a clases de teatro en el último piso de las instalaciones de la congregación.

La mamá de Jessica trabajaba de voluntaria entregando comida a los vecinos de ese barrio de destartaladas casas de madera con baños comunales.

Doña Lucrecia Guardia, tenía acciones en una fábrica de ropa, tierras, ganado y varias casas.

Las clases de artes dramáticas eran para niños en riesgo social o como se dice en otras palabras, rescatados antes de convertirse en antisociales o maleantes, en una zona donde había pocas oportunidades para abordar el avión  y escapar de las necesidades alimentarias, la promiscuidad y las drogas.

Felipe cursaba el cuarto grado en el colegio Manuel José Hurtado y Jessica el mismo nivel, pero en el lujoso colegio de Las Esclavas, ubicado en Paitilla, un barrio de millonarios.

Las inmensas diferencias sociales no fueron obstáculo para la amistad que ambos peques desarrollaron, se adoraban, ella le llevaba dulces, lo invitaba a comer helados porque sabía que el niño apenas comía dos veces al día.



Felipe le regalaba pulseras hechas con los plásticos que vienen dentro de las tapas de las gaseosas y que pintaba con el remanente de achiote que le sobraba a su madre.

Floribella Soto vivía de la venta de billetes y chances de lotería que no generaban mucho activo circulante, así que su hijo no tenía dinero para invitar o regarle algo a su amiga, de clase distinta, pero de corazón gigantesco.

Nadie sabe cómo ocurrió, sin embargo, un médico le diagnosticó a la niña leucemia, lo que generó inmensos gastos médicos, viajes a nosocomios de Houston y La Habana, no obstante, no había un donante que “pegara”, por lo tanto, había que esperar.

En una ocasión Lucrecia Guardia, lloraba en una esquina de la iglesia, fue vista por Floribella y cuando le preguntó lo ocurrido, le contó su vía crucis. Tanto dinero para nada.

-Si yo pudiera ayudarte, aunque soy tan pobre que no tengo nada que ofrecerte-, le dijo Floribella a la señora de clase alta.

Por su enfermedad, Jessica dejó de ir a las clases de teatro, la madre de Felipe le contó lo acontecido y el infante quedó con el corazón destrozado.

Durante las noches Felipe lloraba, pensaba cómo ayudar a su amada Jessica, sentía tantos deseos de hacer lo que sea para salvarla de las garras de la muerte.

Un amor inocente y sano, infantil como el de cualquier niño ante una amiga, independientemente de sus diferencias sociales.

Esa tarde, la madre de Felipe regresó temprano porque las protestas estudiantiles por los tratados Torrijos-Carter y su represión con gases lacrimógenos, en Santa Ana y la avenida Central, impidieron vender los chances y billetes.

Floribella encontró muerto al pequeño Felipe, llamó una ambulancia y lo trasladaron al hospital del Niño, donde le informaron que falleció de un paro cardíaco.

La madre desgarrada se comunicó con Lucrecia, quien la abrazó al llegar al nosocomio.

-Quiero que le hagan un examen a mi hijo para saber si puede ser donante de tu hija-.

-No. Felipe, acaba de morir, su cuerpecito aún está ahí en la morgue. Jessica no le gustaría.

Se realizó la práctica y dio positivo, le hicieron en trasplante de médula ósea y Jessica sobrevivió a la leucemia.

Ese 25 de diciembre de 1977, cuando Floribella Soto, dio la vuelta para irse, ahí estaba Jessica con su madre Lucrecia, ambas llevaban rosas blancas para Felipe.

La madre e hija adinerada, visitaban la tumba de un niño pobre, quien hizo hasta lo imposible por salvar a Jessica.

Antes de despedirse, Floribella Soto le dio un beso a Jessica.

-Mi hijo no ha muerto, sino que está dentro de ti-.


El fantasma de Belermino

 La sala estaba sucia, botellas de vino, cervezas regadas, tres ceniceros que desataban una hediondez de tabaco apagado, la mesita, con restos de palomitas de maíz, maníes, algunos “abre bocas” y aceitunas regadas hasta en la alfombra. Una pocilga en su máxima expresión.

Periódicos viejos, una máquina de escribir Olympia, usada por Belermino Garza para escribir sus historias cuando tenía sus citas con Bacchus, ya que la inspiración no le llegaba sino con un buen par de tragos de alcohol.



De piel canela, abundante cabello lacio, con cuerpo de atleta y de 1.80 metros de estatura, desempleado y con ganas de triunfar como un gran poeta a nivel internacional. Sus ídolos eran Ricardo Miró, Pablo Neruda, Federico García Lorca, Leoncio Obando, entre otros.

Despertó con una resaca del tamaño de Brasil, la anterior noche se durmió boca abajo en el sofá grande del cuarto-estudio donde vivía, tras escondidas y esquivar a la casera, por los dos meses de atraso de alquiler. Sin trabajo no había dinero para comer, aunque para las parrandas siempre sobraban los amigos.

Berlemino Garza se volteó, observó una imitación del cuadro “El grito” de Edvard Munch, le mostró su dedo índice de la mano derecha.



 -¡Por tu culpa no tengo inspiración para escribir versos para Carolina! ¿Hasta cuándo me seguirás observando mientras bebo, escribo o fumo? ¿No tienes otras cosas que hacer que joderme?-, le reclamó a la pintura de imitación barata, luego soltó la carcajada, encendió un cigarrillo, se dirigió hacia la refrigeradora, la abrió, sacó una cerveza, la destapó y bebió.

-¡Eres un payaso! ¿Lo sabías?-, le manifestó al cuadro y volvió a soltar la risa.--En vez de mirar para otra parte solo me pegas tu vista conmigo con esas manos encima de tus orejas y esos dos chicos detrás de ti-.

 Una fuerte brisa ingresó por la ventana, movió los abre bocas de la mesita, se formó un pequeño remolino y quedaron dispersados por todo el cuarto-estudio. Tras pasar el viento el cuadro se movió y quedó inclinado.

-Ni el viento aguantas tonto-, comentó el escritor-. Si Carolina acepta mis amores me hará cambiar, seré feliz, le haré ella amor todos los días y tendré trabajo.

-¡Idiota!-, le gritó a la pintura mientras sus ojos color miel brillaban. Un diluvio salió de sus ojos.

-Si quieres hallar a la persona que cambie tu vida vete al espejo y lo sabrás-, le respondió el cuadro.

Belermino Garza, sorprendido ante la respuesta se quedó mudo por unos segundos.

-Un cuadro que habla. Te la tiras de vivo, pero no más que yo-, espetó el artista pobretón.

-Soy tu otro yo. El que sufre con la vida que llevas, cuando bebes a diario y te has convertido en un borracho sin futuro. ¿Crees que Carolina te mirará si sigues en ese tren donde viajas sin tener una estación done bajarte?-.

-¿Mi otro yo? Los cuadros no tienen vida, son la expresión de sus creativos, de lo que observan, le cuentan y sus experiencias. ¡No obedeceré a un cuadro imbécil-!, resaltó Belermino Garza mientras sostenía una cerveza con su mano derecha y un cigarrillo con la izquierda.

-Cuando te encuentres a ti mismo, entonces hallarás la salida al laberinto creado por tu vanidad y si me obedeces descubrirás que si te contemplas frente al espejo sabrás quién es la persona que te puede ayudar a superar tus males, tus demonios y tus problemas. Si existe el Diablo es porque el mismo ser humano lo inventó a su imagen y semejanza-.

Belermino Garza se fue al baño, miró al espejo y observó un hombre que lloraba, se movía mucho mientras dormía. Una figura de Mefistófeles lo seguía por todas partes del cuarto-estudio. Corrió hacia la nevera, sacó otra cerveza, se la bebió de un solo trago, se fue al sofá y cayó dormido.

Al despertar, su vivienda estaba en orden, limpia y pulcra, pero el cuadro no estaba. Belermino García lo divisó en la basura, lo recogió lo limpió y lo colgó en su lugar.

Se fue a la mesa para escribir su vieja máquina arcaica.

 A Carolina…

 

¡Mil gracias!

 

Hace poco intentaba cambiar la fotografía de este blog, cuando de pronto me fijé las ventanillas del lado izquierdo y apreté el botoncillo en la parte de estadísticas.

Ahí estaban los números que veía por primera vez para abrir la puerta de la sorpresa y observar que en un año llevaba casi 10 mil visitas a esta página.

Para el mundo cibernético una “visita” es el conjunto de páginas visitadas a un sitio web y termina tras 30 minutos si no hay actividad en el sitio.



Aunque los blogs, páginas de internet y plataformas digitales no tienen pasaporte, si lo poseen su autor porque si eres alguien desconocido, se estima que los números serán bajos.

Si a eso le agregas el contenido del blog tendrás una idea de lo que podría ocurrir. Soy periodista y por naturaleza sé que temas como chismes, desnudos, erotismo, asesinatos, brujerías y otros incrementan las visitas a miles y millones.

Sin embargo, para alguien que nació ayer y abre un blog para escribir artículos sobre literatura, entrevistas a literatos de mi patio y de otras naciones, es bastante tener casi 10 mil visitas.

Quizás algunos digan que esas estadísticas no son nada en comparación con otras plataformas que contabilizan millones o al menos medio millón, un millón, dos o tres millones como lo quieran decir.



Para este humilde servidor esa cantidad me da la suficiente fuerza para mejorar el trabajo, hacer cambios constantes en la página, actualizarla y mejorarla, todo en beneficio de los lectores.

Como le respondí al escritor gallego Roberto Martínez Guzmán, sin los literatos este blog no sería nada y sumo a ello a los cibernautas que abren la página para ver su contenido.

En lo personal un triunfo y en lo profesional de escritor es apenas el primer escalón en el mundo literario.

Por esas razones les doy las gracias a los entrevistados y los visitantes. Se trabaja duro para ustedes.

Las letras y el ‘refine’

 

Mis primeros años fueron en la fonda de mi madre, ubicada en el antiguo mercado periférico de El Chorrillo, donde hoy está el patio de los metros buses, casi al final de la Cinta Costera III.

Allí platicaba mal, con mis hermanos ayudábamos a mi mamá en el negocio, ya sea barriendo, fregando, haciendo algún mandado o en cualquier faena que un niño podía hacer.



Entre aceites, fuego, patacones, carnes, pollos, macarrones, salsas, arroz, café, té y gaseosas aprendí lo que más me gusta después de escribir novelas y artículos para este blog que no es otra cosa que cocinar.

Tuve el privilegio de aprender a cocinar sin que nadie me enseñara. Claro a diario veía a los empleados de mi fallecida viejita hacer el “refine” (como le llaman en Panamá a la comida).

Uno de mis mejores maestros fue la observación y que dos décadas después me serviría para mi carrera profesional de periodismo, ya que un periodista que no es observador y no se fija en detalles, se equivocó de carrera.



Con el tiempo mejoré mi técnica culinaria y la reforcé con tres meses en un curso de gastronomía en el Centro Nacional de Enseñanza (Cena) de Bogotá cuando era diplomático. Fueron tiempos felices con las compañeras colombianas en esa preparación.



Todas estas experiencias me sirvieron para crear el personaje Manolo Xiques, un cocinero profesional que usa técnicas culinarias para brindarles a los protagonistas de la novela La Casa Pifiosa (en cuarentena todo vale) deliciosos platillos, mientras estaban encerrados en la mansión de El Valle de Antón, por la cuarentena del Covid-19.

¿Quién dijo que la gastronomía y la literatura no pueden ir juntos? La verdad nadie, heredé de mi madre varios libros de recetas de cocina que aún utilizo y siempre agradeceré que pasaron de una generación a otra.

Aunque mi pequeño negocio de ventas de pollos no prosperó por razones logísticas, aún no me rindo, pero temas de cocción de alimentos están en mis novelas La Isla Camila y mi nuevo proyecto “Pûrü Mërābü”.



Obvio que la comida y las letras van unidas porque para mí es imposible escribir con el estómago vacío.

Hasta pronto lectores.

'Roma no se hizo en un día ': Héctor Aquiles González

El poeta panameño Héctor Aquiles, autor de la novela El Sheriff de Panamá, accedió a una entrevista con el portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte”, en el cual explica el inicio su pasión por las letras, sus proyectos y consejos a los nuevos literatos.

Entre sus obras están: El espejo burlón y otros relatos (2012), La última carcajada y otras minificciones (2013), además es egresado de los diplomados en Creación Literaria Internacional  de la Universidad Latina de Panamá y   de  Creación Literaria de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP).

¿Quién es Héctor Aquiles?

No soy ningún héroe de la antigüedad clásica ni nada parecido, aunque mi padre que era profesor de español decidió llamarme así en honor de los dos grandes héroes de la Ilíada: Héctor (troyano) y Aquiles (griego). Soy un humilde panameño, amante de las letras y la salsa y de las cosas buenas que la vida ofrece. Estudié en un prestigioso colegio judío-panameño (El Instituto Alberto Einstein) y en la Universidad de Panamá.



¿Cómo nace su pasión por la literatura?

 Definitivamente que nació en casa y complementada por mis profesores en la escuela. Mis padres ambos profesores de español me inculcaron la lectura desde niño con obras como: La Iíada, La Odisea, La Eneida, El último Mohicano y casi todas las novelas de Julio Verne y Emilio Salgari, ya en la escuela leí El Quijote, Hamlet, Don Juan Tenorio y otras más.

¿Cuál es su público lector?

Es todo aquel que de manera voluntaria adquiere mis libros. Yo escribo para todo público con criterio formado.

¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

Yo leo de todo un poco y escribo de todo un poco. En la secundaria me gustaba escribir poesía clásica (sonetos) y cuentos (gané el tercer lugar en los juegos florales de 1980). Dicen mis críticos que soy mejor narrador que poeta, pero definitivamente que el cuento es mi niño mimado, aunque no dejo de coquetear con la poesía y la novela.

Dicen que hay un camino que une la literatura y la locura.

Definitivamente que sí. Los escritores somos un poco locos para escribir historias que tal vez nunca se lleguen a conocer. Unos tienen éxito, otros no. Es una ruleta rusa y un camino muy difícil de andar.

¿Va a desaparecer el libro de papel para darle paso al digital?

Pienso que el libro de papel está aún muy lejos de desaparecer. El digital sería un complemento. Hay lectores muy románticos que prefieren sentir el olor y la textura de un buen libro y otros más modernos que gustan de tener su biblioteca personal en su celular o Tablet. Hay que adaptarse a los cambios.

¿En qué se inspiró para escribir el Sheriff DE Panamá?

 Soy amante de la historia y de la de Panamá. Investigando me encontré con este fabuloso personaje del que casi no se sabía nada y me animó a escribir la novela. Andrés Villa, en Runnels; El Verdugo del Yankee Strip y Juan David Morgan, en El Caballo de Hierro, también tocan el tema desde diferentes puntos de vista. Es bueno porque enriquecen la literatura nacional.



¿Se considera un artista?

En lo personal no. Eso le toca decidirlo al público lector y críticos literarios.

¿Piensa usted que vender obras literarias en Panamá es igual que abrir un bar en Irán?

¡Uffffff! En Panamá el escritor hace de todo: investiga, escribe, corrige, edita, hace el prólogo, si no cuenta con recursos propios (como en mi caso y de el de otros colegas) busca algún mecenas (como hacían los escritores en la antigüedad como Cervantes con el Duque de Béjar para que le financiaran su publicación), mercadea y vende su libro en las librerías o sentados en alguna feria del libro y encima tienen que dar descuento cuando hay lectores que se gastan hasta sesenta dólares en libros extranjeros. Somos unos héroes de la pluma.

¿En qué ocupa sus ratos libres?

Si no estoy escribiendo o tocando, visito a la familia o a los amigos y me tomo mis buenas cervezas.

¿Cuáles son sus proyectos a futuro?

Con la pandemia tengo mucho material escrito en estos meses de encierro que quiero publicar (novela, cuento y poesía). También estoy muy activo concursando en premios hasta de niños, lo que me ha llevado a estudiar algo de literatura infantil y juvenil. En general tratar de salir de la crisis a través de la literatura.

¿Qué tiene que decir a los escritores que sienten temor a publicar sus obras?

Qué dejen el miedo. En todas las facetas de nuestra vida habrá críticas buenas y malas y ser escritor no es la excepción. Uno debe someterse al juicio de los demás. Roma no se hizo en un día. Este es un camino lleno de obstáculos, pero de una satisfacción enorme. Hay que prepararse, leer mucho y participar de talleres literarios que están muy de moda y que ayudan a perfeccionarse como escritor.

'La ilusión es lo que te hace avanzar': Roberto Martínez Guzmán

 El ícono de los escritores gallegos es Roberto Martínez Guzmán, con más de 130 mil descargas en dos de sus novelas y sus personajes Lucas Acevedo y Eva Santiago. El escritor español le contó al portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte”, su secreto para ser uno de los más leídos y sus proyectos literarios.

Sus novelas publicadas son La Suerte de los Idiotas, La Envidia de los Mediocres, Muerte sin Resurrección, Café y Cigarrillos para un Funeral y 7 Libros para Eva.

 ¿Quién es Roberto Martínez Guzmán?

Pues alguien a quien le gustaba escribir y que, con la llegada de Amazon a España, se animó a publicar y descubrió que a los lectores les gustaban sus historias. A partir de ahí, me lo tomé de un modo más profesional y ahora es mi medio de vida.



¿Cómo nace su pasión por la literatura?

Pues supongo que como a todo el mundo, leyendo de pequeño historias que me enganchaban.

Háblenos de su personaje Lucas Acevedo. ¿Cómo nace?

Lucas nace de la idea de crear una nueva serie diferente a la otra que tengo, que es la de Eva Santiago. Eva es femenina, intuitiva y muy convencional y Lucas es todo lo contrario, tiene sus métodos propios, es solitario y con una gran tendencia a atormentarse.

¿El escritor nace o se hace?

Nace en el sentido de que tiene que gustarte crear historias y, a partir de ahí, creo que el acabar dedicándote a escribir depende más de tus circunstancias y vivencias.

¿Cuál es el secreto para vender miles de descargas en Amazon? Explique.

Trabajo e intentar no equivocarte en las mil esquinas que puedes meter la pata. Tienes que tener una novela que guste, editarla bien en cuanto a portada, sinopsis y título y luego buscar la forma de que llegue a los lectores para que puedan elegirla.

¿Cuál es su público lector?

Básicamente el de Amazon, porque la mayoría de lecturas las tengo en kindle unlimited y en lectores que leen en ebook. Dentro de estos, los aficionados a la novela negra y las historias de acción e intriga.

¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

El género negro, tanto como lector como a la hora de escribir. Me gusta intrigar escribiendo y me gusta que em intriguen cuando leo.



¿Cuál ha sido la obra que más trabajo le costó escribir? Explique.

Siete libros para Eva y también creo que es mi novela más ambiciosa. La dificultad radicaba en llevar tres hilos interrelacionados y que tenían que unirse en un punto determinado.

Explique el camino del escritor independiente.

El camino es duro, porque haces todo tú, no tienes quien te respalde y si te equivocas, no puedes echarle la culpa a otro. Por lo demás, es parecido al resto de autores, tienes que conseguir que quien te lea, quiera volverte a leer y llegar al mayor número de lectores, aunque al ser independiente siempre cuentas con medios reducidos.

¿Es escritor de mapa o de brújula?

De mapa. Desde el inicio de la novela tengo que saber a donde tengo que llegar. Todas mis novelas están diseñadas para llegar a un final concreto.

¿Cree que el libro de papel desaparecerá para dar paso al digital?

No, en absoluto. Los dos tienen su espacio y muchas veces dentro del mismo lector. Es fácil encontrar personas que leen en digital, pero que a aquellos lectores a los que conocen de otras obras o con una novela que les gusta en especial, pidan el libro en papel. En este sentido, yo noto que a cada nuevo libro que saco, vendo más ejemplares en papel.

¿En qué ocupa sus ratos libres?

Viajo, veo cine, escucho música, juego con mi hijo a la Play,… No tengo aficiones raras.

¿Cuáles son sus proyectos literarios a futuro?

En principio, mi idea es publicar una novela de Eva Santiago y la siguiente de Lucas Acevedo, pero no tengo fechas. Acabo de publicar La envidia de los mediocres y todo dependerá un poco de su evolución.

¿Qué tiene que decir a los escritores noveles con miedo de publicar obras?

Que no tengan miedo a las bofetadas, porque eso va en la profesión, y que nunca pierdan la ilusión, porque la ilusión es lo que te hace avanzar.

 

De mitologías y creaciones locas

 A mis 50 abriles comencé mi carrera de escritor, después de más de 20 años en el ejercicio del periodismo en radio, televisión, varios periódicos, oficinas estatales de prensa y hasta caminé por los pasillos de la embajada de Panamá en Colombia.

En otras palabras, soy un novato literato o escritor emergente. El periodismo me dio la técnica de redacción, la experiencia de viajar y los años de lectura el conocimiento.



Tres novelas negras, una de ficción política y otra de sátira publicadas en la plataforma de Amazon Kindle, me abrió la mente para crear mi propia mitología criolla que es la obra Pûrü Mërābü, dos palabras en emberá-wounáan que significan pueblo escondido.

La trama: una expedición a la Comarca Emberá-Wounáan en busca de diamantes rojos, cuyos protagonistas piensan hacerse millonarios en un abrir y cerrar de ojos, no sin antes pasar una serie de penurias en la selva a la cual no están acostumbrados.

Toda una locura, una tribu indígena que tienen un ojo azul, otro verde, alas de libélulas y el rey Jaguar, que no es otro que una figura mitológica mía, cuyas características son torso de hombre, con cara y cabeza de jaguar,  patas de águila arpía y alas para volar.

Mi proyecto era inventar mi propia mitología y resaltar a la provincia de Darién, tan olvidada y enterrada como la selva espesa que esconde en sus alrededores muchos misterios.

Pûrü Mërābü me encanta escribirla y la disfruto cuando trabajo en ella. No hay mejor satisfacción que dejar a los lectores historias para que se entretengan y aprendan porque la novela también tiene su mensaje, como todas las que escribo. Será para publicar el próximo año.

Hasta pronto respetados lectores. (Imagen de la cuenta de Instagram de Natgeo).

La pareja irlandesa-panameña

 

La vida y el mundo es una caja de sorpresas. En ocasiones la ficción se convierte en una realidad para dejarnos mudos.

Mi novela El Trébol de la Muerte, es una telaraña de grupos revolucionarios, unos de izquierda, nacionalistas e independentistas o terroristas, como usted lo quiera calificar.



Todos juntos en Panamá aprovechando las ventajas comerciales del istmo para lograr su meta y obvio que los grupos estatales que los combaten también los siguen en mi país.

En esa obra, Carmen Yorlenne Gaviria, es una mulata, bella y colonense que se enamora de Mark Collins, un rubio norirlandés, católico que huye a Panamá para esconderse, luego de colocar una bomba en un bar de Irlanda del Norte.

Hace casi una semana, en una feria del libro organizada por Escritores Independientes de Panamá (Einpa) para celebrar nuestro I aniversario, conocí a Phil y Nicole, quienes me compraron un ejemplar de la polémica novela.

Resulta que la descripción física de Nicole es parecida a Carmen Yorlenne Gaviria y su novio Phil, es un irlandés, casi igual al que describo en la novela, solo que no tiene el cabello ensortijado como Mark Collins y usa gafas.

¿Casualidad? No lo sé, no obstante, mucha coincidencia y la ficción se convirtió en realidad. Ella mulata y él es el clásico caucásico europeo.

Yo feliz de haber conocido a la pareja y no cabía en el pellejo de alegría por verlos con mi novela en la mano de Nicole porque en esta vida de todo puede pasar, aunque nos sorprenda.

'Hasta en los escritores panameños existe una gran rosca': Carmen Nieto Carter

 La escritora panameña Carmen Nieto Carter, sin pelos en la lengua y de forma tajante explica su punto de vista sobre la situación literaria panameña y el vía crucis para editar, además de sacar al mercado una obra. La hija de la legendaria y recordada María “Pantalones”, habló con el portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte”, en el cual plasma su opinión del ámbito literario local.


¿Quién es Carmen Nieto Carter? Explique su mini biografía.

Carmen Nieto Carter es panameña, egresada del Instituto de Técnicas especializadas de profesión Programadora de Computadoras con conocimientos de Administración y Mercadeo de Ventas, autora de la obra Narrativa Querida Maudelyne, la historia de María Carter “Pantalones”. 

En esta obra encontré mi vocación de escritora y así nació Penélope La Estudiante Ejemplar para mostrar la crianza de los hijos y las vivencias que pueden suceder les sin siquiera sospecharse; con el fin de quitarle las telarañas de la cabeza y estar alerta en todo el entorno familiar.

¿Cómo nace su pasión por la literatura?

Narrar la vida y legado de mi madre y plasmar su amor, su vocación su entrega solo con la finalidad de demostrar que no hay que ser millonarios para hacer por los niños y la juventud muchas cosas para sacarlos del vicio y del ocio.

No solo en los paraísos hay inspiración para las letras, sino en los barrios pobres. ¿Qué opina?

Sí. Es cierto que en los barrios hay escritores sin oportunidad de poder llegar a sacar libros de historias reales, vividas y de fantasías.

 


¿Qué opina del mercado literario panameño?

Que podría decirte de los lectores; algunas veces se dejan llevar por temas y de historia muchas veces les interesa más a personas contemporáneas de 40 años.

Hay que hacer mucho por incentivar a los jóvenes a amar la lectura.

¿Cuál es su público lector?

Lo que escribo es para todo público.

¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

En lo personal me gusta leer de todo un poco, menos de historias de terror o de ocultismo. Me llaman mucho los temas de realización personal, autoestima, psicología, ciencia y superación. Historias de amor románticas que hoy día son muy pocas, considero.

Explique el camino del escritor independiente.

Hoy puedo expresar libremente que es muy difícil ser escritor independiente. A mí me cuesta de mi peculio personal, invertir en imprimir los libros, luego colocarlos en las librerías para luego ver no sólo la venta de los mismos, sino que llegas al corazón de los lectores. Todos sacan un beneficio económico antes que el escritor-autor.

¿Ha pensado entrar en el mercado internacional? Explique.

En dos ocasiones me pidieron los derechos de autor de la obra Querida Maudelyne, pero el costo era de US$ 1.00 por cada libro vendido. Como editorial ellos podrían llegar de manera internacional sin siquiera considerar al autor. En el futuro para mi será un hobby.

¿Cuáles son sus proyectos literarios a futuro?

Escribir y sacar libros, pues es bien difícil vivir de la remuneración. Si he tenido propuestas de llevar el Libro Querida Maudelyne internacional mente, pero no se ha concretado.

Tengo una tercera obra que se llama Eclipse Total del Amor, es una obra de pensamientos poesías y poemas de amor, a la humanidad, a Dios, a la vida, a los amantes y a las decepciones. Inspirada en sentimientos reales que pasa una persona y de gratitud por existir.

Fue con esta obra que participé en el concurso de poesía Ricardo Miró con el seudónimo Agatha Turner.

 ¿Cuál es la parte más difícil de un escritor al trabajar?

Escribir no es la parte más difícil, es pagar por diagramación, por editarlo, por corregir la gramática, pagar por la portada y luego colocarlo en librerías unas que te cobran hasta el 20% de las ventas.

¿Qué tiene que decir a los escritores anónimos con miedo de publicar obras?

Lamento decir en este momento, que hasta en los escritores panameños existe una gran rosca, quienes tienen ayuda y no son humildes. He participado en ferias y he vendido libros donde nadie y solo puedo decirles que los vendo porque hay un legado que dejo mi madre y que me ha apoyado.

Con las ventas de mis obras realizo regalos a niños en navidades en memoria de mi mamá.

A los escritores sólo puedo decirle: luchen por sus sueños, toquen puertas, crean en sí en sus obras y no desmayen  en darse a conocer.  Siempre hay quien aprecie lo que escribes y lo que aportas en tus libros.

Cuando el amor se va

 Quizás no haya palabras para describir el sentimiento de tristeza, melancolía, sufrimiento de momentos más tensos y dolor que cuando un amor se va.

 

No me refiero cuando alguien amado muere, sino en momentos en que el corazón queda destrozado por las famosas palabras: “adiós”, “ya no más”, “se acabó”, “no podemos seguir juntos” y otras que ya todos conocen.

 


Ni las rumbas, ni la cerveza, güisqui, vino, tequila o alguna otra sustancia hará olvidar todo ese tiempo, ya sea corto, mediano y largo de la persona con quien se compartieron tantas anécdotas.

 

Por el contrario, cualquier borrachera hace recordar más los momentos que resuenan en la cabeza como miles de átomos que estallan. ¿Volverte a ver? Difícil porque nada dura para siempre e incluyo la propia existencia porque lo único seguro en este mundo es que moriremos.

 

¿Es posible reparar una relación rota? Para mí una soga que se rompe y vuelve a reatar no queda igual y se desatará tarde o temprano.

 

Sin embargo, el mejor antídoto es la escritura, versos, poemas, cuentos, novelas u alguna obra de teatro.

 

Plasmar nuestro sufrimiento, recuerdos de aquellos besos, escapadas clandestinas, miradas tímidas, presentaciones impertinentes (cuando alguien no sabe cortejar una pareja y quiere conocerla) y encuentros casuales.

 

Un ósculo, cruce de pupilas, sentir que la tiembla bajo la tierra mientras se hace el amor, lágrimas, risas, gritos, tensiones y combinar el idioma del corazón junto con el abecedario.

 

No hay nada más gratificante que escribir, independientemente del sentimiento, aunque para otros es el momento cúspide de la fase de la luna, en la cual viene el diluvio de la inspiración.

 

“Ama las letras porque ellas no muerden” es mi lema porque las adoro y de muchas vivencias personales o profesionales nacieron algunas de mis novelas o cuentos.

 

¿Qué opina usted, respetado lector?

 

'Hay que leer mucho para ser mejores críticos de sus propios textos': Danae Brugiati

 Un ícono y orgullo para la literatura panameña representa la escritora chiricana  Danae Brugiati, educadora, traductora y quien vivió muchos años en Europa, específicamente en Grecia. La letrada, ganadora del premio literario Ricardo Miró, en el 2019, en la categoría ensayo, con su obra “Mestizaje, Mujeres y Mitos”, accedió a una entrevista con el portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte” para contarnos sus inicios y proyectos.

¿Quién es Danae Brugiati? Explique su biografía.

Nací por buena suerte en Chiriquí, Panamá. Soy madre, abuela, hermana. También docente y traductora. Viajé mucho cuando todavía no nos fotografiábamos montando un camello o con el Acrópolis de fondo.

¿Cómo nace su pasión por la literatura?

Dirigida por padres y maestros buenos lectores desde muy temprana edad.

¿Háblenos de sus obras?

Cuentos, ensayos y poesía. Lo que más disfruto al escribir son los cuentos. Y poesía, no he publicado mucho.

¿Cuál es su público lector?

Todas las edades.

¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

Leo de todo y los cuentos me prefieren a mí.

Usted  vivió muchos años  en Europa. ¿Díganos las diferencias culturales y otras que vio?

Creo que en Europa hay más respeto por el quehacer del otro y de la colectividad. No hay puntos de comparación, si no circunstancias e historias diferentes.

¿Cuál fue la obra que más trabajo le costó escribir?

La primera, Pretextos para contarte.



¿Cuál fue su reacción cuando le informaron que ganó el premio Ricardo Miró?

Por supuesto, mucha alegría y muchos deseos de seguir escribiendo.

¿Se lee o no en Panamá?

Sí se lee, y especialmente ahora, durante la pandemia. Se lee poco en proporción a la población, pero hay un público constante y los lectores varían según la época y los gustos. No se lee Homero, pero se lee a Brad Meltzer o a Ray Bradbury.

¿En qué ocupa sus ratos libres?

Leer.

¿Cuáles son sus proyectos literarios a futuro?

Algunos ensayos y la publicación de un poemario.

¿Qué tiene que decir a los escritores nuevos que sienten temor a  publicar obras?

Que su temor es justificado y sano. No deben apresurarse a publicar cualquier cosa. Últimamente no veo obras de calidad en el ámbito panameño en ningún género. Hay que leer mucho para ser mejores críticos de sus propios textos.