Los integrantes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (Cicp) del estado venezolano de Aragua, quedaron boquiabiertos ante la voluptuosa mujer que detuvieron por presunta extorsión.
Hasta dos damas inspectoras se sorprendieron de la
hermosura de la fémina, aunque pasada por el quirófano para aumentar el volumen
de sus senos y traseros, era imposible no mirarla.
Sobre Aymée Salazar, pesaba dos denuncias hechas por
diplomáticos, uno de Japón y otro egipcio, quienes se quejaron de las
actividades delincuenciales de la chama, al usar sus encantos femeninos para
sacarles dinero.
El modus operandi de Aymée era la de promocionarse en
las redes sociales, ofrecer su escultural figura a cambio de dólares, muy
escasos en Venezuela, lo que enganchaba a algunos políticos del partido
gobernante, empresarios y diplomáticos.
La mujer grababa en videos los encuentros sexuales sin
el consentimiento de sus víctimas para posteriormente exigir dinero en la
moneda estadounidense, de lo contrario divulgaría el momento sexual en las
redes que sociales que lo permitían.
Una estrategia bien planificada de la fémina de
cabello negro azabache, ojos pardos y blanca piel como la leche, debido a que
sus víctimas eran caballeros casados, lo que hacía más fácil comprar el
silencio.
Muchos de sus clientes asustados cayeron en la trampa
de la víbora, entregaron plata para callarla, no obstante, cuando el activo
circulante se terminaba, los llamaba de nuevo para exigir más.
Al denunciante japonés le quitó unos 5 mil dólares,
mientras que al egipcio una suma similar hasta que no soportaron la situación y
la denunciaron ante las autoridades.
El abogado de Aymée argumentó que no era ninguna
extorsión, sino que se trataba de ayuda económica de los amantes de la dama,
sin embargo, el fiscal no le creyó ni una sola palabra.
Los vecinos de la delincuente se escandalizaron, sabían
de su vida de prostituta, pero no la de extorsionadora.
Imputada por el delito de extorsión, los primeros días
lloraba sin parar en la cárcel y una de las internas le aconsejó que se
preparara porque pasaría un largo tiempo durmiendo entre los barrotes.
El lucrativo negocio se le derrumbó como un edificio
de naipes porque quien de la espada vive por la espada muere.