Los sueños de un escritor

 

¿Quién no ha tenido en este mundo algún sueño o proyecto que quiera desarrollar en el futuro?

No creo que haya ninguna persona que no tenga algún plan de cómo mejorar la vida propia o de sus semejantes, y en el caso de los escritores, no solo es redactar sino crear conciencia y cambiar vidas.

Cuando los literatos escribimos alguna obra son varios partos en uno. Historias que contar, la vivencia de un amigo, vecino, algo que escuchamos o vemos, ya que lo que trabajamos es en la recreación de un suceso o experiencia.



Dudo que alguna obra sea 100% original porque el autor se inspiró en algo concreto, desde una noticia en un periódico, un sueño, una pesadilla, algún pasaje de un libro e incluso hasta una fotografía es parte del nacimiento de una obra literaria.

Las novelas, cuentos, obras de teatro, poemas y ensayos parten de alguna génesis o realidad, aunque podrán coincidir en algunos aspectos, son distintas. 

Es algo normal que se ve hasta en el cine, sin embargo, no debe confundirse con el vulgar pirateo o plagio que no es otra cosa que copiar una obra ajena y poner el nombre.

Recuerde que son aproximadamente 3.5 millones de trabajos  literarios solamente en la red cibernética y en algunas encontrará similitudes.

Similitudes que se unen en el sueño de cualquier escritor de ser leído, con el temor del revólver de la crítica  y una dura sentencia en las famosas redes sociales.



Sin crítica no hay camino abierto, pero no debe ser la frustración del autor porque ella nos ayuda a mejorar nuestro trabajo, sueños, proyectos futuros y ser más estrictos al publicar.

Tengo mi sueño, como otros escritores, de ser leído, no renunciaré a ello, ni me rendiré porque es mi última batalla. Y usted, si tiene alguno ejecútelo porque mañana es tarde. No hay garantías de un día siguiente para nadie.

 

'El miedo a publicar es el peor enemigo de un escritor': Mercedes Pinto Maldonado

 

La reconocida escritora española Mercedes Pinto Maldonado, accedió a una entrevista con el portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte”; en la cual nos cuenta su historia, desafíos y nuevos proyectos.

 ¿Quién es Mercedes Pinto Maldonado?  Explique su mini biografía.

Soy una mujer normal que ha tenido una vida sencilla. Estudié Medicina, pero lo dejé para dedicarme a la literatura. Tengo tres hijos y seis nietos, me casé muy joven y he vivido siempre rodeada de niños. He escrito catorce libros. Mi vida transcurre entre la familia y los libros. Esa soy yo.



 ¿Cómo nace su pasión por la literatura?

Creo que fue gracias a mi abuelo, siempre tenía una novela de caballería entre las manos; aunque no sabría precisar el motivo, esto es como enamorarse, podrás dar mil motivos, pero nunca sabrás por qué. Solo sé que desde que era pequeña los mejores ratos los pasaba con un libro. A los quince años escribí mi primera novela, nunca verá la luz, es muy mala, muy, muy mala.

 ¿Cuál es su público lector?

Tengo todo tipo de público, pero puede que las mujeres de cierta madurez se hayan acercado con más entusiasmo a mis novelas. La verdad es que depende, diría mis obras históricas han sido más leídas por hombres, también de cierta edad. Escribo todo tipo de novela, menos la fantástica.

 

¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

Me encanta la novela policíaca, pero no soy purista en este tema, me gusta que tenga implícito un romance y que no le falte el suspense. Esta mezcla géneros me fascina, tanto leerlos como escribirlos.

Con su talla y experiencia en el campo literario, ¿ve desaparecer el libro de papel para darle paso al digital?

Desaparecer del todo, por el momento, no. El papel sigue seduciendo a un buen número de lectores. Pero creo que es una cuestión de tiempo que el digital se imponga y el papel lo consuma un pequeño número de lectores románticos, hasta que se convierta en un objeto de colección. Lo cierto es que las ventajas del digital son infinitas, cuando un lector experimenta la comodidad de llevar toda una biblioteca en cualquier dispositivo y elegir qué quieres leer en cada momento a un precio sin competencia con el libro en papel, termina yendo a las librerías solo para curiosear o comprarse un ejemplar por una razón especial, no como costumbre. Yo leo casi todo en digital, mi lector no pesa, me permite subrayar, consultar el diccionario, subir o bajar la intensidad de la luz, leer de noche sin encender la lamparilla ni cansarme la vista, llevarme todos los libros que me quedan por leer a mis viajes… Sinceramente, no encuentro una forma más cómoda, económica y práctica de disfrutar de la lectura. Sí, el digital se impondrá finalmente, porque lo que buscamos los lectores son buenas historias y el soporte no es más que eso, la caja que las contiene.

 Explique. ¿Cuál es la obra que más trabajo le costó escribir y diga las razones?

La que más me costó fue Mala estrella, más de dos años hasta que estuvo terminada, uno para la documentación y otro para visitar sus lugares y escribirla. Además, supuso para mí un gran reto: meterme en la piel de un judío ortodoxo en el periodo entreguerras. Me siento orgullosa de esta novela, creo que, además de contar una parte desconocida de nuestra historia reciente, sus personajes son muy humanos y están muy perfilados.



 

Explique el camino del escritor para encontrar mercados literarios.

Creo que yo he recorrido casi todos los caminos posibles y la mayoría han sido una decepción. He escrito cartas a editoriales, he hecho llamadas, he enviado mis escritos a numerosos editores y agentes… Al final, lo que me dio resultado fue publicar por mí misma. Empecé a despegar cuando publiqué gratis por capítulos una de mis novelas en mi blog. Ya había publicado tres con editoriales modestas. Después la autopubliqué en Amazon y fue todo un éxito. A partir de ahí las editoriales llamaron a mi puerta. Mi consejo para los autores que empiezan es que, si tienen una buena historia, la pulan bien, la autopubliquen y la promocionen con inteligencia, pero sin descanso.

 ¿Es escritora de mapa o de brújula?

De mapa, sin lugar a duda. Antes de comenzar la historia ya tengo el esquema del argumento, los lugares, las fichas de los personajes, fechas… Eso sí, durante el desarrollo de la escritura también tengo que coger la brújula constantemente, siempre hay cambios necesarios, imprevistos, personajes que aparecen o necesitan un transformación… Pero sin el mapa no puedo empezar, en él está el motor de la futura novela.

 

¿En qué ocupa sus ratos libres?

Ratos libres, madre mía… Tengo una gran familia que me ocupa casi todo el tiempo, pero cuando tengo un hueco entre los míos y mi trabajo como escritora, leo, camino y veo alguna serie. La verdad es que me acuesto agotada y cuando me meto en la cama con un libro no tardo mucho en dormirme.



¿Cuáles son sus proyectos literarios a futuro?

Tengo muchos, pero el más inmediato es una novela que ya tengo escrita en la libreta y que estoy pasando al Word. Cuando transcribo una obra al ordenador aprovecho para añadir notas, quitar, poner, corregir… Me cuesta bastante tiempo. Espero publicarla antes de que termine el año. Trata sobre una lectora empedernida que un día se encuentra con una novela que es la historia de su vida. Tiene un poco de todo, como a mí me gusta, pero es básicamente de suspense.

 ¿Qué tiene que decir a los escritores que sienten temor a publicar obras?

Que el miedo a publicar es el peor enemigo de un escritor. Deben pulir su libro hasta el cansancio, autopublicar y luchar por que llegue a los lectores con todas sus fuerzas. A veces no consigues abrirte paso con la primera novela, pero si lo haces bien, la segunda llegará más lejos y, poco a poco, podrán vivir de lo que les gusta.

Antes de despedirme quiero darte las gracias por esta oportunidad y también a tus seguidores por llegar a esta última línea. Ha sido un placer.

'Me gusta ser agente de cambio': Vianca Quintero

 

Superación personal y sangre joven es Vianca Quintero, la comunicadora social, docente y escritora chiricana, quien conversó con el portal cibernético “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte” donde nos detalla desde sus inicios y sus proyectos literarios actuales.

 

¿Quién es Vianca Quintero? Hable un poco de usted.

Vianca Vidal Quintero Valdés, es comunicadora social, periodista y docente universitaria. Amante de los deportes, la lectura y la escritura.

Su filosofía de vida es maximizar sus habilidades en pro del bienestar común, la naturaleza y la igualdad de oportunidades. Nació en la provincia de Chiriquí, actualmente vive en ciudad de Panamá.



¿Cómo nace su pasión por la literatura?

El amor por la literatura inició desde que tengo uso de razón, aproximadamente a los seis años que conocí las letras, me gustaba leer cualquier libro, escribir frases que venían a mi imaginación, declamar poesías y escribir en mi diario.

 

¿Cómo empieza el embrión de Alma Desnuda?

Siempre soñé con escribir un libro, por lo que Alma Desnuda es mi sueño materializado. Elegí la temática de autoayuda y superación personal, ya que me gusta ser agente de cambio e inspiración, escribir es una de mis pasiones y quiero inspirar a mis lectores a través de mis letras. A la vez tengo un blog en instagram @Vianiswritings allí escribo: frases positivas, inspiradoras, versos, recomendaciones de libros y películas.

¿Cuál es su público lector?

Mi público lector es diverso desde jóvenes hasta personas adultas.

¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

Me gusta escribir sobre motivación, inspiración, romance y aventura. Mi género favorito es superación personal y autoayuda.

¿Se lee o no en Panamá? Explique.

Claro que sí. Considero que hay un auge tanto de promotores de lectura como de lectores y eso es gratificante.



Explique el espinoso camino del escritor independiente.

Soy escritora autopublicada y puedo decirles que es una experiencia caóticamente hermosa, ya que debes asumir muchas responsabilidades desde escribir, editar, grabar, crear estrategias de mercadeo y vender.

La publicación de este libro ha sido uno de mis mayores logros porque ha impactado significativamente a muchas personas.

Cuando compartes conocimientos ayudas a otras personas a mejorar sus vidas, ya sea porque les enseñas algo que antes no sabían, o porque compartes una historia de superación, una historia de cambio, que inspira a tus lectores a transformar su vida para mejor. Es de las cosas más gratificantes que te pueden pasar en la vida.

Diga la diferencia entre el mercado digital y el de papel.

El mercado digital de libros electrónicos ha experimentado un crecimiento apalancado por los distintos distribuidores y tiendas de internet (Amazon, ebay o Google), que controlan el 78% del mercado del libro digital.

Entre sus ventajas se caracteriza por tener un precio medio menor que el libro de papel, no ocupan espacio físico. Este hecho evita los inconvenientes relativos a su almacenamiento y su gran capacidad de memoria (cada vez mayor), permite almacenar cientos o miles de títulos a los que podemos acceder rápidamente mediante un solo clic.

Por último, y no menos importante, con el uso del ebook contribuimos a la mejora del medio ambiente y a la sostenibilidad del planeta.

Mientras, que el mercado del papel, está un poco más lento debido a la caída de la economía por la pandemia. Entre sus ventajas destacan la posesión y el coleccionismo, la perdurabilidad y el funcionamiento es sencillo no se necesita conexión a internet.



¿Es escritora de mapa o de brújula?

Me considero escritora de brújula, ya que siempre que tenga un chispazo de inspiración lo tomo como el punto de partida para crear una obra. Aunque se dónde inicia el viaje, a veces no tengo claro cuál será el destino ni cómo se resolverán los obstáculos que pueden encontrarse en el curso de la historia.

¿En qué ocupa sus ratos libres?

En mis ratos libres trato de hacer cosas que disfrute y que a la vez sean productivas para mi bienestar tanto físico, como intelectual y emocional, como: leer, hacer meditación, practicar deportes, pintar mándalas o ver una película.

¿Cuáles son sus proyectos literarios a futuro?

Me encuentro escribiendo dos obras a la vez, una sobre la temática de la crítica social y la otra sobre romance y suspenso.

¿Qué tiene que decir a los escritores que sienten temor a publicar obras?

Que se lancen a la aventura de escribir y plasmar en letras sus sentimientos y de esa manera aportar al mundo, que, si les apasiona, los mueve y los motiva que lo hagan y si sienten miedo, que lo hagan con miedo. No hay nada más gratificante que el poder de la caridad, poner nuestros talentos al servicio de los demás.

Un prestigioso profesor de la Universidad de Harvard, Ronald Heifetz, dice que, si tomas una decisión drástica en tu vida, ya haces mucho más que la mayoría de las personas. Tomar un riesgo real es entonces una auténtica prueba de valentía.

 

El cesante

 Largas horas pasaba Danilo García dentro de su habitación. Pensaba, discurría, su mente viajaba, recorría paisajes, destinos ajenos que solo su cerebro dibujaba en momentos que no existía actividad.

 

Cesante desde hace tres meses en una fábrica de cemento en Panamá, los problemas subían como el agua en Chanis cuando las gotas de lluvia invaden la urbanización.

 


Sin activo circulante para satisfacer sus necesidades, Danilo García en numerosas ocasiones observaba el cielo raso de su habitación en busca de soluciones a su problema porque las deudas eran casi del tamaño del volcán Barú.

 

Fumaba un cigarrillo tras otro, se colocaba frente a la ventana para mirar las nubes, el resto de las casas, además de un mejor futuro porque de momento solo había camino de piedras, espinas y minas por donde andar.

 

 No había escapatoria en el gigantesco laberinto de las estadísticas de los desocupados.

 

Atrás quedaron los tiempos donde era frecuentado por amigos y admiradoras, su teléfono dejó de timbrar, nulas las visitas caseras e invitaciones a eventos sociales.

 

Solo, abatido, triste, quebrado, olvidado y frustrado, Danilo García era como los marchantes del desierto a quien se le termina el agua y el oasis lo lleva en su mente. Lo peor en la vida es ser prisionero o cesante porque te conviertes en un leproso de la sociedad.

 

Mientras se baña, Danilo García, casi se desbarata la vida por contestar el móvil. Contesta, sonríe y se viste inmediatamente para correr al lugar donde aparentemente habrá una luz al final del túnel.

¿Es fácil escribir un cuento?

 

Del oscuro hueco sale Krilenko, el ratoncito chismoso de su guarida en busca de alimentos.

 A su larga distancia una gigantesca torre gris, de dos alas, con una cola negra que terminaba en la pared. Cuando el dios de dos zancos extendía una de sus ramas se abría una de las alas y salía luz.

 




Tomates, carnes, embutidos, mangos, azúcar, quesos y otros manjares eran visto por Krilenko.

 

A poca distancia, una torre más pequeña que contenía cuatro volcanes, una boca cuadrada enorme que se abría hacia abajo cuando el dios de los zancos extendía uno de sus ramas hacia ella. Se sentía caliente a veces.

 

-No vayas para allá, le decía a Krilenko el más viejo de  sus camaradas, el ratón Pepe-. -Te meterán en la boca de la torre chiquita-.

 

-¿Cómo haremos si tenemos hambre?-, preguntó el ratoncito Pedro.

 

-Viene un olor rico como una sustancia blanca. Vi que el dios de los zancos los dispersaba al lado de la gigantesca torre gris, explicó Krilenko. 

 

-¡No! Es veneno Krilenko, no  inventes. He visto a otros comerlos y mueren, añade el ratón Pepe-.

 

-Bueno, yo si tengo hambre y me hartaré hasta que mi panza se hinche-, recalcó Krilenko.

 

-Dos días después el dios de los dos zancos encontró seco los cuerpos de todos los ratones, menos el de Pepe que no se alimentó del maná dejado y por ser el mayor de todos.

 

Moraleja: más sabe el diablo por viejo que por diablo.

 

Ahora ya sabes cómo se escribe un cuento.


El reencuentro con Gloria Esther

 

La fila era grande para pagar en la caja de supermercado, a pesar que no era quincena. Clientes con cuatro mercancías para llevar a casa, otros licores y cervezas, alimentos, conservas o productos de limpieza. 

Evaristo Gutiérrez andaba de apuros, como siempre en su vida, ya que sus grandes compromisos artísticos así lo exigían. Viajes en todo el país, con poco descanso y se dormía en el autobús que lo transportaba junto con su orquesta “Los Pifiosos”.

Mientras esperaba en la cola, olvidó unas gaseosas que debía llevar, le pidió a una señora el favor que le cuidara el turno y como un bólido llegó hasta los anaqueles de los jugos, agarró dos, se volteó a toda prisa y luego ¡zass!

Evaristo se tropezó con una dama, quien llevaba una botella de aceite de oliva en envase de vidrio, que cayó, se quebró y el líquido se esparció en el pasillo del supermercado.

 


Cuando el cantante se fue a disculpar con la mujer fue sorpresa total. Era ella, de baja estatura, su cabello ensortijado, color castaño claro, sus hermosos ojos miel, como los de una princesa europea, aunque pasados 20 años no iba a estar igual.

 

Se notaban las arrugas en la frente y el viaje del tiempo en su faz no se detuvo, sin embargo, su inolvidable sonrisa siempre fue la misma desde  sus tiempos de juventud y amores.

-¿Gloria Esther?-, preguntó Evaristo Gutiérrez.

-Claro cariño, la misma que viste y calza. ¿Todavía cantas?-, interrogó la dama con coquetería.

Por un momento pasó una película a la velocidad de la luz del artista. Cuando se arrancaban a la discoteca Patatús, los paseos a la Calzada de Amador, las noches en La famosa "Cantina" de Marbella y las “chupatas” en el apartamento de las amigas de Gloria Esther, en calle 27, Calidonia.

-¿Estás sorprendido por reencontrarme? Recuerdo cuando empezabas a cantar y al salir a discotecas conmigo eras un desconocido, pero ahora la fama te llegó-.

 




-Sí aún canto y escribo canciones. Disculpa que hable un poco lento, pero la impresión, así de pronto, tras dos décadas sin saber de ti. ¿Por qué te fuiste sin despedirte?-, dijo Evaristo Gutiérrez, con tono melancólico.

 

-No es el lugar adecuado para tratar de ese tema. No querías emigrar, yo sí y teníamos proyectos distintos, tú en Panamá cantando y yo quería aprender a cocinar en Italia-, agregó ella, vestida con un traje, color rosa, pegado a su  figura voluptuosa que alteraba cualquier pupila  a sus 45 abriles.

Por medio minuto ninguno de los dos dijo una sola palabra. Se transportaron en el tren de recuerdo, recorrieron los vagones de la felicidad, se sentaron en las butacas de la pasión y no querían bajarse en la estación de la realidad.

-Estoy de visita por dos semanas, retorno dentro de cuatro días a Nápoles. Soy viuda y tuve una hija-, le comentó Gloria Esther.

-Yo nunca me casé, ni tampoco tengo hijos porque mi carrera no me da tiempo para tener familia, pero planifico mi retiro-.

Ella se despidió con un beso en la mejilla, en momentos que un empleado del supermercado trapeaba el aceite de oliva derramado. El cantante le informó que pagaría el producto quebrado.

Lo que nunca supo Gloria Esther es que la mayoría de las canciones de Evaristo Gutiérrez  componía y cantaban eran por su inspiración y para ella. Tuvo muchas mujeres, no obstante, la chiricana fue la que le robó el corazón, el alma, la calma y todo sentimiento que un hombre siente por el sexo contrario.

-Podré tener muchas, pero como ella ninguna-, le comentó Evaristo Gutiérrez al trabajador manual del supermercado.

-¿La ama de verdad? ¿La ama de verdad y deja que se vaya así? ¡No seas ahuevado, corre tras ella y solo dile lo que sientes!-.

Evaristo dejó las gaseosas en el mostrador, corrió tras Gloria Esther, la llamó, la mujer estaba en fila para pagar, la tomó de las manos y la besó.

-Esta vez no te irás sin mí-.

 

Crónica de la muerte del soldado búfalo en 1876

Algo nervioso Isaiah Turner apuntó su rifle en la estepa cercana al río Little Bighorn, disparó, luego cayó un nativo muerto, el militar hizo un giro con su caballo para acercarse, sin embargo, los indígenas superaban en número al ejército estadounidense.

 

Eran aproximadamente las 12:45 de la tarde del 25 de junio de 1876, en Montana, y hacía pocos minutos había empezado la batalla de Little Bighorn, cuyo fin era acabar con todas las tribus de la zona y tomar las “Montañas Negras”, donde abundaba el oro, de acuerdo con los geólogos que trajo el teniente coronel George Custer, héroe de la Guerra Civil de Estados Unidos.

 


Custer seguiría las órdenes del general William Sherman para resolver el problema indio o la denominada “solución final”, como lo bautizó el militar de alto rango estadounidense en esa época.

 

En otras palabras, el exterminio en su totalidad, porque las tierras eran necesarias para que el hombre blanco se instalara allí.

 

Esa “solución final” sería aplicada 70 años después en Europa, con consecuencias fatales, como ocurriría el 29 de diciembre en Wounded Knee (Dakota del Sur), en 1890, en el oeste de Estados Unidos.

 


Isaiah Turner estaba orgulloso de lucir su uniforme azul, su sombrero, sus botas negras, la espada para atravesar cuerpos de arapahoes, lakotas y cheyennes.

Era uno de los pocos negros aceptados en el 7mo regimiento de Caballería del US Army y su orgullo carecía de límites.

 

Seguía las instrucciones del mayor Marcus Reno de atacar por el oeste a los nativos, mientras que el capitán Frederick Benteen lo haría por el norte, según el plan establecido por Custer, quien lo haría por el este y otros oficiales por el sur.

Un movimiento de pinzas para evitar que los indios escaparan porque había que matar hombres, mujeres, niños y ancianos, ya que desobedecieron la orden del presidente Ulysses Grant, de abandonar esos terrirorios y establecerse en reservas.

 

El hombre blanco solo tenía casi 600 hombres, mientras que los nativos le superaban de 15 en uno porque Toro Sentado logró unir varias tribus y junto con Caballo Loco pelearían hasta el final.

No cederían un centímetro más de las tierras a los colonos.

 

La masacre

Isaiah Turner logró dar de baja a varios nativos, pero el fuego era intenso, no solo de balas porque los indios contaban con pocos rifles, arcos, flechas y lanzas; al caer los soldados del US Army, los indios tomaban los rifles y les quitaban las municiones para usarlas.

 

Las chozas nativas ardían, pero no el coraje de los indios que empezaron a masacrar a los soldados. Reno ordenó montar, luego desmontar y por último retirada total porque reconoce que no está en condiciones de vencer.

 

El soldado búfalo junto con su caballo se da vueltas y emprende la huida, aunque minutos después cae muerto en el suelo teñido de sangre, sudor y desesperanza del hombre blanco. Van hacia el camino de la derrota.

 

Todo está perdido, George Custer muerto con una bala en una de sus sienes y otra en el pecho, los indios usaron las tácticas de guerra del hombre blanco y los hicieron polvo.

 

Los dos hermanos de Custer también muertos y con ello se desató el odio hacia la comunidad indígena del país porque el pueblo estadounidense y los diarios exigían “venganza”.

 


Histórica lucha

 

Con la muerte de Isaiah Turner también se esfuma el esfuerzo del hombre negro de su lucha por tener derechos como los demás ciudadanos estadounidenses.

Estaban vetados para ingresar como Vigilantes de Texas (Texas Rangers), vivían en los arrabales y eran tratados como nacionales de quinta categoría.

 

La vida tiene miles de ironías y el caso olvidado del soldado búfalo (negro), quien fue integrante de un grupo que tenía como fin acabar con los nativos, es parte de la contradictoria historia de EE.UU.

 

Un hombre negro en un mundo creado solo para blancos con distintos intereses y fines, una época donde el racismo era tan normal como la nieve que caía sobre las montañas y las praderas.

 

Soldados negros que también sirvieron como unidades en la guerra de Independencia contra Inglaterra, sin embargo, no les otorgaron la ciudadanía estadounidense y siguieron de esclavos.

 

La ciudadanía era solo era para el hombre blanco que hablaba inglés, tampoco se la extendieron a alemanes, españoles, holandeses, franceses y de otros países que ayudaron a ser libre a Estados Unidos del yugo británico.

 

Isaiah Turner dio su vida para demostrar que estaba dispuesto a defender el país donde nació, no obstante, la historia decidió enterrarlo y olvidarlo sin ser mencionado en documentales, periódicos o ser un fantasma entre los blancos.

 

Más muertos

 La batalla de Little Bighorn significó una derrota para los soldados, pero los nativos perdieron la guerra, fueron obligados a vivir en reservas y las grandes extensiones de territorios se los robó el hombre blanco para dar paso a la “civilización”, aunque tampoco sería fácil conseguirlo.

 

El 29 de diciembre de 1890, en Wounded Knee, sería un día triste para la historia de los indígenas que vivían en zonas que aún los blancos se frotaban las manos para obtenerlas.

 

La famosa 7ma División de Caballería del US Army masacró a un aproximado de 300 indios lakotas.

 

Hombres, ancianos, mujeres y niños perecieron ante las balas y las espadas del US Army.

 

Los historiadores solo culpan a los españoles de masacrar a los nativos de América, pero no fueron los únicos que acabaron con miles de indígenas para descaradamente robarles  sus posesiones territoriales.

  

Tras los miedos de Lía Sofía

 

Imposible dormir cuando el horror se apodera de su mente adolescente. Lía Sofía Gattas, de 16 años, hija de un migrante jordano y una boqueteña, oculta sus temores bajo el olor verde que la mata poco a poco. Es la salida a los conflictos dentro de sí.

 


Las noches se transforman en el lago de Hades, demonios, cruces al revés, Mefistóles no es precisamente quien la asusta, sino su propio yo o sus miedos encerrados en la maleta de su cerebro.

 

Por fin logra conciliar el sueño, está en un abismo muy profundo, intenta gritar, no obstante, cae dentro de un laberinto donde se abre un telón, luego aparece La Tulivieja, el Chivato, el Minotauro y Mefistófeles. Todos cantan parte de la ópera Rigoletto. “La maldición”, corea el Chivato.

 

Lía Sofía Gattas cierra el puño, golpea la pared, se derrumba y crea un agujero que la ayuda a escapar, aunque su sangrada mano derecha está lastimada no es obstáculo para correr de sus males, defectos y al salir se encuentra con bosque de cannabis.

 

No es su inanición mental, son los negocios de su padre en la frontera tico-panameña y los caprichos de su madre que los mantienen ocupados, piensan que las joyas, vehículos y vanidad para su hija tapan sus kilométricas ausencias.

Lía Sofía Gattas no se asusta con el bosque, por el contrario, sonríe porque a pesar que hay demonios entre los árboles, la yerba alivia su guerra interna, temporal y la llevan al subsuelo donde no pretende salir. Nadie la ayuda, tan bella como una princesa, pero con un alma indigente.