El caballero se me presentó como Mahmoud Al Zubi, comerciante panameño, nacido en Colón e hijo de migrantes jordanos, me ofreció un buen negocio de 500.00 dólares con el fin de que lo complaciera.
Sin
embargo, mi sorpresa era que el varón hizo una propuesta explosiva porque me
pidió que le consiguiera un travesti, algo que rechacé porque no trabajo con
ellos y me pareció una locura gigantesca.
Antes
que todo, mi apodo es Zafiro, vivo de la prostitución, llegué desde Bocas del
Toro hace cuatro años a la capital para ganar dinero, mi prima me comentó que
subastando lo que tengo desde que nací serviría de mucho.
Mientras
que las palabras del colonense me sorprendieron, aunque luego me explicó que
era casado con una libanesa, tenía tres hijos varones y una mujer, que viajaba
desde Colón a Panamá por negocios y pernoctaba en esta última ciudad para hacer sus travesuras.
Llamé
a mi prima, me consiguió uno, le dimos la dirección donde lo recogerían porque
Mahmoud es muy guabinoso, no quería que lo vieran con una puta y
un maricón, por ser musulmán.
He
visto muchas cosas desde que empecé este trabajo, no obstante, nunca un hombre
estar con un travesti y prostituta al mismo tiempo.
El
caballero en momentos que me hacía el amor, le gustaba que el travesti lo
besara y acariciara, allí descubrí que la gente tiene gustos exóticos y respeto
eso porque él pagó esa noche bien.
Cada
dos semanas hacía lo mismo, me daba 1,000.00 dólares y la misma cantidad al hombre
vestido de mujer, cuando el teléfono timbraba y era él, sonreía porque representaba
dinero fácil.
Llegaba
en su Mercedes-Benz, color negro, con papel muy ahumado que nada se veía, le
gustaba que vistiera ropa de cuero, con una mascara y un látigo para darle
pequeños azotes que disfrutaba.
Durante
unos dos años hicimos esa práctica, cuando tenía el periodo no hacíamos el
amor, aunque si muchos besos, el travesti le hacía felaciones con intensos
besos y pagaba siempre lo mismo.
Una
de esas noches, al salir del motel, un volquete chocó el carro que lo dejó volteado,
yo sin lesiones, el travesti murió y Mahmoud con tres costillas rotas y con
varios golpes.
El
accidente fue publicado en videos y fotos en los noticieros, salió la fotografía
de los tres, lo que inferí que el negocio mío acababa allí porque los musulmanes
son muy estrictos.
Lo
gocé hasta donde pude, sin embargo, esa colisión espantó a mi mejor cliente porque
me enteré que lo enviaron a Jordania con su familia.
Fotografía
de Vita Glitter y Pixabay de Pexels no relacionadas con la historia.