El aparato de Filomeno para viajar a través del tiempo

 A sus 55 años, Filomeno García extrañaba a su hija, Diana García Casey, quien estudiaba veterinaria en la Universidad de Las Américas, en Puebla, México. El padre, abatido por la cabanga o tristeza ante la ausencia de su única hija, y no era para menos porque desde los seis años la cría.

Un matemático por excelencia, Filomeno García tenía un aparato que le tomó diez años planearlo y construirlo, detrás de su casa, donde edificó una habitación gigantesca y nadie entraba. Ni siquiera su hija.

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Admirador de la teoría de Alberto Einstein que se puede viajar a través del tiempo y espacio, el matemático santiagueño realizó su sueño y ahora solo faltaba probarla.

El fin de Filomeno García era ir hacia atrás para recordar cuando mimaba, cargaba a su hija, le daba biberón y la paseaba en coche. Quería volver a vivir los tiernos años de su descendiente.



No acepta que los hijos son prestados, debido a que crecen y tienen su propio futuro, identidad, además es necesario que prueben de la amarga bebida de la vida. No hay escapatoria en ese asunto, pero el matemático se negaba a reconocer su realidad, que envejecía mientras su hija se hacía adulta.

El viaje

La máquina tenía dos astas con 28 hélices cada una, 25 relojes, una palanca que tomó de un autobús, tres pedales, el del centro que era para frenar, el izquierdo para ir al pasado y el derecho para viajar al futuro.

El aparato medía 90 pulgadas de largo, 63 de ancho y 72 de alto.

Pero había un problema: cómo hacer que su hija entrara si estaba a cientos de kilómetros en un salón de clases en tierras aztecas.

El 4 de marzo de 2002, decidió hacer la prueba sin su hija, entró al aparato, lo encendió y la tierra empezó a temblar, las tejas se desprendieron, mientras Filomeno García programó el reloj principal en 1980, cuando su hija tenía dos años, la edad ideal de un bebé.

Una inmensa luz casi ciega al matemático, los números de los relojes no fueron hacia atrás, si no hacia adelante, se movían tan rápido que era imposible saber a qué fecha se dirigían.

De pronto, las hélices se detuvieron, se abrieron y allí estaba Filomeno García en medio de un desierto, con unas esclusas carcomidas por el tiempo, casi ni había árboles y daba la impresión que estaba en lo que un día fue las esclusas de Miraflores.

El encuentro

Un paisaje triste, caliente en extremo y sin una mínima ventolina.

Miró el reloj principal que marcó el 4 de marzo de 2202, dos siglos después, y se suponía que vería a su hija de bebé.

-Es él-, escuchó el matemático, la voz de una mujer trigueña, ojos verdes y con cabello rizado.

-No me hagan nada. Solo quise ir hacia atrás para ver a mi hija pequeña.

-¿Qué nombre tiene tu hija?-, preguntó la mujer.

-Diana García Casey-, respondió.

-Mentira. Es imposible que la conozcas. Vienes a robar agua. ¿Y esa vestimenta vieja?-, preguntó la dama.



-Es de mi época-, espetó el hombre.

Sin darse cuenta estaba rodeado de hombres y mujeres vestidos con pieles de animales, al estilo de la Edad de Piedra, con lanzas y cuchillos de palo.

-¿De dónde vienes?-, preguntó un hombre que parecía ser el jefe de la tribu.

-Ya lo dije, a ver a mi hija Diana García Casey de bebé- arguyó algo asustado Filomeno García.

Todos los presentes soltaron las risas, mientras el hombre se le acercó, lo observó muy fijo y lanzó la daga verbal.

-Esa que dices tu hija, murió por radiación en la guerra nuclear en el 2062-, dijo el hombre.

Soltó a llorar, en momentos en que la concurrencia lo miraba fijamente sin decir nada.

-Evitaré esa guerra con mi máquina del tiempo y así mi hija vivirá.

Volvieron a reír, se burlaban de él y el jefe de la tribu se le acercó.

-Hombre estúpido. Ni tú ni tu aparato pueden cambiar el futuro o el pasado. El tiempo que se va no vuelve. Vive lo que tengas que vivir, disfruta lo que debas gozar y tu hija morirá como todo mortal de la Tierra.

-Pero yo quería regresar atrás-, respondió Filomeno García.

Entra a tu máquina y vuelve para que disfrutes de la vida, tu hija crecerá y se irá.

El matemático obedeció al jefe de la tribu, se metió en el aparato, lo encendió y regresó para ver su casa destrozada, sin tejas y unos vecinos sorprendidos ante lo que observaron.

Al día siguiente compró los pasajes para México con el fin de ver a su hija porque algún día sería más viejo y su descendiente debía hacer su vida donde quisiera.

Publicado el 20 de febrero de 2020, en el diario Crítica (Panamá). Caricatura de Ameth. 

Dedicado a mi única hija Britannia con todo mi amor. 

'Quiero crecer sin dejar de ser humilde': Raisa Calderón

La comunicadora social chiricana y escritora, Raisa Calderón, ganadora del premio literario de novela negra Tristán Solarte 2021; con su obra Una Disculpa Pública, accedió a una entrevista con el portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte”.

Calderón narra su infancia en la campiña y cómo nació su amor por las letras, además de sus planes literarios y en qué ocupa el tiempo libre.



¿Quién es Raisa Calderón? Explique su mini biografía.

Es muy difícil hablar de uno mismo, pero intentaré resumírtelo en pocas líneas:

Raisa Calderón, nació en San Félix, Chiriquí, el 6 de agosto de 1975. Es Relacionista Pública. Especialista en Protocolo y Ceremonial. Asesora de Imagen Personal y Profesional, especialista en colorimetría.

Ha escrito 3 novelas: Calixta (2019), Farfalla (2019) y Una disculpa pública (2020). Actualmente, trabaja en la segunda parte de Una disculpa Pública.

Raisa Calderón es soñadora, perseverante, hogareña, humilde, agradecida, amante de la literatura, de las plantas y las mascotas. No concibe un mundo sin libros, sin música.

Ella pretende dejar este mundo mejor de cómo lo encontró.

¿Cómo nace su pasión por la literatura? Explique.

Mis abuelos maternos me criaron en el campo y tuve la dicha de contar con un abuelo de imaginación fértil, creo que lo disfruté, por decirlo de algún modo, en los mejores años de su vida, esos años cargados de nostalgia por lo dejado atrás, pero llenos de sabiduría.

El abuelo me contaba historias inventadas por él y así nació en mí el ferviente deseo de querer contar historias. Hasta ese momento no tenía claro cómo. Más tarde cuando fui a la escuela comencé a interesarme, en primaria, por las narraciones que aparecían en los libros de texto.

Luego leí las primeras novelas entre ellas contaban: Marianela de la pluma de Benito Pérez Galdós, El ahogado de Tristán Solarte, Gamboa Road Gang de Joaquín Beleño, Tú sola en mi vida de Julio B. Sosa, María de Jorge Isaac y tiempo después llegó Cien años de soledad, la obra magistral de Gabriel García Márquez.

Ya no me quedaba duda, quería contar historias como ellos lo hacían, historias que quedaran registradas en las páginas de un libro.



Háblenos de su obra Una disculpa pública.

Una disculpa pública es una novela negra, un thriller policiaco de narrativa no lineal y final abierto.

Esta novela es, por supuesto, una historia ficticia cuyo protagonista principal es Eduardo Arrué, un hombre de pocas palabras y mucha acción que tendrá en sus manos la responsabilidad, junto a su equipo, de develar el misterio tras las muertes de un diputado, un juez de la Corte Suprema de Justicia y una doctora. La novela es una denuncia social.  

Una trama donde se entretejen varias historias y está ambientada en diferentes escenarios del país. Esta obra terminó de pulirse en las horas más oscuras e inciertas de la pandemia.

¿En qué se basó para escribir la mencionada novela?

La sociedad darwiniana fue entretejiendo los hilos de esta trama. Los medios de comunicación, los noticieros, las redes sociales, abonaron elementos suficientes para crear una historia ficticia que resultara creíble al lector.

¿Cuál es su público lector?

Bueno, Calixta y Farfalla están escritas para todo público. Una disculpa pública está dirigida a un público adulto, de mediana edad.

¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

Leer, leo de todo; cuento, poesía, ensayo, autoayuda, economía, psicología y por supuesto novelas. Esto me permite ampliar mis conocimientos, lo cual resulta de gran ayuda al momento de crear personajes.

Me gusta escribir novela porque la vida de muchos, incluida la mía, puede parecer el guion de una novela. La novela policial me lleva a escudriñar la naturaleza humana.

Los seres humanos no somos ni buenos ni malos, intentamos ser justos o lo contrario.  ¿Por qué una persona cruza la línea?, ¿somos todos capaces de cruzar esa línea? Disfruto dándole vida a los diferentes personajes, sobre todo, al protagónico y al antagónico.  Ernesto Sábato dijo: “Los hombres escriben ficciones porque están encarnados, porque son imperfectos. Un Dios no escribe novelas”.



¿Considera que el género terror y la novela negra es el más leído en Panamá? Explique.

Creo que sí, que a los lectores les despierta la curiosidad, les gusta leer una historia que contenga crimen, pasión, oscuridad, personajes retorcidos. Una historia que lo cautive desde el principio. Hay una complicidad entre el escritor y los lectores pues ellos utilizan la lógica para descifrar al asesino o al responsable y el escritor recurre a la lógica para urdir la trama. Al final ellos, la mayoría, esperan ver que el malo reciba su merecido.

¿Qué opina del mercado literario panameño?

Existen en el mercado libros de autores panameños muy buenos, que muchos no conocen, que muy pocos ponderan. La literatura parece haberse convertido en moda.  Por lo que he podido ver, aunque hay lectores de todas las edades, la mayoría son jóvenes.

Siento que tenemos un mercado influenciado por opiniones, por ende, van tras los libros que escuchan o han escuchado que son buenos, excelentes, pueda que así sea para quien lo refiere, pero resulta que lo que tú consideras interesante no lo es para el resto. El lector necesita experimentar por sí mismo, pueda que encuentre tesoros que lo sorprendan gratamente.

Explique el espinoso camino del escritor independiente.

Todo escritor novel tiene un camino difícil ante él, y creo que muchos lo hemos vivido. En mi experiencia darte a conocer es una ardua tarea, al principio nadie quiere leerte, excepto familiares y amigos.

En el 2019 publiqué Calixta, luego Farfalla y permanecí en las sombras hasta que Una disculpa pública ganó el premio Tristán Solarte. Contamos con la tecnología, las redes sociales, pero hay que actualizarse constantemente, mercadear tu propio libro y esa es de las cosas más difíciles.

Escribir un libro es solo el 50 por ciento, luego viene lo demás que parece ser lo menos complejo, más no es así. ¡Tenemos que hacerlo todo! Y para que tu libro sea conocido dependes de la objetividad de los analistas de libros, lo cual constituye una relación recíproca pues ellos necesitan leer libros para crear contenidos.

La gente quiere saber si el libro es bueno o no y, hasta cierto punto, puede resultar contraproducente si el análisis no es objetivo.  Se requiere un análisis literario profundo de forma y fondo de la obra. Los críticos literarios siempre han existido. Igual tu libro no será bien recibido por todos y es una realidad que tienes que aceptar, por eso existen los gustos y opiniones diversas. Al final, lo importante es escribir textos de calidad y sentirse satisfecho con su trabajo.



¿Es una escritora de mapa o de brújula?

De mapa, trazo un bosquejo para tener claro lo que quiero, el tema y cómo voy a abordarlo, cuántos capítulos aproximadamente tendrá la obra, los títulos de esos capítulos, los personajes principales, el villano; los escenarios, las diferentes historias, en el camino se modifican muchas cosas. Esto me ayuda a tener el panorama claro para trabajar organizadamente.

¿En qué ocupa sus ratos libres?

Además de leer y escribir que son mis dos grandes pasiones, me gusta llenar crucigramas, disfruto preparar deliciosos platillos para mi familia, cuidar las plantas. Me encantan. Llevar de paseo a Missy, mi perrita. Hacer ejercicios, viajar cuando se puede. Escuchar una hora de música al día, meditar. Aprender algo novedoso.

¿Cuáles son sus planes a futuro?

Con la pandemia he aprendido a no planificar a largo plazo y a no dar nada por sentado, me propongo metas diarias entre las cuales están: escribir más novelas policiales, darle mucho trabajo a Eduardo Arrué. Investigar más sobre la criminalística y todo el mundo apasionante que entraña esta disciplina para resolver los delitos, sobre todo en nuestro país.

Este camino apenas inicia, aún me falta mucho por aprender. Quiero crecer sin dejar de ser humilde, manteniendo siempre los pies en la tierra y la imaginación volando.

¿Qué tiene que decir a los nuevos escritores con miedo a publicar obras?

Agradecida por la entrevista y a todo aquel que quiera convertirse en escritor, el camino no es fácil, nada que merezca el esfuerzo los es, hay que persistir, leer mucho, documentarse. Vivir. Si quieres ser bueno, como en todo, tienes que leer a los mejores.

'No imagino mi vida sin escribir': Rayo Guzmán

La fabulosa escritora mexicana Rayo Guzmán, quien cuenta con más de ocho obras literarias, revela al portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte”; su pasión por las letras, su inspiración y nuevos proyectos. No te pierdas la interesante entrevista con la literata.

 ¿Quién es Rayo Guzmán? Explique su mini biografía.

Géminis, nacida en Celaya, Guanajuato. Licenciada en Comunicación, Maestra en Educación y Especialista en Desarrollo Humano y Tanatología. Durante más de 18 años se dedicó a la docencia a nivel superior y de posgrado y a la consejería y acompañamiento en Desarrollo Humano y como facilitadora en diversas instituciones de México. En el 2006 obtiene mención honorífica en el concurso literario de la Editorial Demac, Mujeres que se atreven a contar su historia con un texto autobiográfico titulado En mis cinco sentidos. Desde ese momento, se dedica a coleccionar historias que, con su ágil narrativa, dan vida a personajes entrañables a través del relato breve y la novela.



¿Cómo nace su pasión por la literatura?

Desde mi infancia soy lectora voraz. Mis padres creían que memorizaba los cuentos que me compraban. Se sorprendieron al darse cuenta de que ya sabía leer, tenía apenas tres años. La lectura ha sido mi gran aliada y compañera durante toda mi vida. Desde pequeña escribía todo tipo de historias en mis cuadernos. Mi imaginación y mis libros se convirtieron en ese universo propio que habito hasta el día de hoy.

¿Háblenos de sus obras?

Comencé con un texto autobiográfico que obtuvo mención honorífica en un concurso (En mis cinco sentidos) y ese fue un momento decisivo para alentarme a abandonar mi trabajo en la universidad y dejar de lado muchas otras actividades para concentrarme en escribir. Desde el 2012 me dedico por entero a la escritura y a dar conferencias. “Regalos para toda ocasión”, relatos de mujeres en duelo, fue el libro con el que me lancé a la incertidumbre y desde entonces no he dejado de publicar. Le siguió “Tú princesa y yo sapo”, relatos que revelan el mundo amoroso de los varones y que escribí después de entrevistar a cientos de ellos para conocer su versión del cuento de hadas. En seguida publiqué “Cuando mamá lastima” que se ha convertido no solo en "best seller" , sino en Longseller. Un libro que me ha tocado miles de corazones a lo largo de los años y que continúa vigente en el gusto de los lectores hasta el día de hoy. “Cuando papá lastima” siguió el mismo formato y son dos de mis libros más vendidos. 

En el 2017 publiqué la novela “La mujer de ceniza y el hombre que no podía escribir” y al año siguiente una obra a cuatro manos con Ramón Vallejo titulada “Desde que abrí los ojos”. En el 2019 publiqué “La vida después de mi ex” y salió una edición de lujo e ilustrada por el artista plástico Yuri Zatarain para conmemorar los cinco años del libro. Mi más reciente trabajo se llama “Screenshot” y lo realicé en coautoría con Arturo Morell, donde abordamos la fragilidad de nuestra privacidad en la cibersociedad. Son relatos conmovedores y divertidos que tocan temas como el ciberacoso, el cibebullyng, la extorsión, el sexting, los influencers y muchos otros cuya columna vertebral es la ya tan cotidiana “captura de pantalla” de la que todos hacemos uso.



 ¿En qué se inspira para escribir?

Varios de mis libros de relato breve están inspirados en historias reales que las personas me confían, muchos me contactan por redes sociales para contarme sus historias. Otros, durante las conferencias que imparto, me entregan sus anécdotas, las comparten y yo las llevo a la ficción. Así nació por ejemplo “Cuando mamá lastima” y “Tú princesa y yo sapo”, entre otros. Para escribir novela el proceso es distinto, la inspiración llega en medio de un viaje, al ver una película, en la soledad o la instrospección. Leer también es una actividad que detona muchos de mis proyectos.

 ¿Cuál es su público lector?

Cada libro ha encontrado su nicho. Por ejemplo “Regalos para toda ocasión” es un libro dirigido a mujeres. “Tú princesa y yo sapo” es un libro que adoran los hombres, realmente lo disfrutan, pero las mujeres no paran de decirme que les ha sido muy útil leerlo. “Cuando mamá lastima” y “Cuando papá lastima” son dos libros que tocan cualquier corazón, sus lectores van desde los trece años en adelante. Están escritos desde la voz de los hijos, y todos somos hijos. Sin embargo, iluminan el rol de quienes somos padres. Mi novela “La mujer de ceniza y el hombre que no podía escribir” ha resultado del agrado de jóvenes y adultos. En fin, creo que los temas que toco en mi literatura, al explorar las emociones humanas, abarcan públicos diversos. El más reciente, “Screenshot”, se escribió pensando en los jóvenes y nos ha sorprendido cómo lo han acogido con tanto agrado generaciones de mayor edad interesados en conocer mejor el universo cibernético al que nos ha sometido la contingencia actual.



¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

Leo un poco de todo. Me gusta más leer novela, me encantan las que abordan temáticas emocionales, que explorar el alma humana y sus recovecos. Amo escribir relato y me apasiona escribir novela. Son dos procesos literarios distintos. Un libro de relatos en meses está listo, una novela puede llevarme años.

 ¿Cuál es el género más leído en México? Explique.

Por lo que sé, la novela es el género más leído en nuestro país. Al mexicano le gusta leer novela y si habla de algún acontecimiento de la historia del país, aún más. También en México se lee mucha novela de misterio, ciencia ficción y las nuevas generaciones leer mucho la novela fantástica. Sin embargo, el cuento, el relato y la autoayuda también ofrecen cifras interesantes en el mundo editorial.

 ¿Qué opina del mercado literario internacional?

La pandemia vino a cambiar muchas cosas en el mercado literario. Personas que antes no leían, con los confinamientos encontraron en la lectura una compañera, un pasaporte, una ventana. Internet nos pone al alcance todas las opciones literarias existentes, inimaginables. El libro electrónico, el audiolibro, los clubes de lectura, han dado giros a favor e interesantes en los públicos lectores.

Hay una especie de Boom de la literatura en las redes sociales. Todo esto considero que nos favorece a los autores. Sin embargo, aún constatamos que los grandes corporativos dominan con su mercadotecnia las preferencias lectoras y a veces nos topamos con verdaderas joyas que no tuvieron la promoción suficiente y con libros de no tan buena calidad que vendieron muchísimos ejemplares.



Explique el espinoso camino del escritor independiente.

Cuando comencé lo hice a través de la autopublicación. Me gasté mis ahorros en “Regalos para toda ocasión” para perseguir mi sueño. Tuve la fortuna de que el libro cayera en manos de una editorial de renombre y que les interesara su distribución. A partir de ahí obtuve el respaldo de dicha editorial y hasta la fecha publico con ellos, de lo cual estoy muy agradecida. Sin embargo, convivo con muchos colegas que navegan en aguas turbulentas de la autopublicación y lo difícil que es conseguir la proyección necesaria para que su obra llegue a un público mayor. Amazon ha sido determinante, una plataforma que ha hecho posible que la obra de muchos escritores independiente sea conocida en todo el mundo. Considero que se sea escritor independiente o uno bajo un sello editorial, el camino es el mismo: perseverar, insistir, dosis grandes de paciencia y amar profundamente lo que haces para no aventar la toalla.

 ¿Es escritora de mapa o de brújula?

A veces de mapa y otras de brújula. En ocasiones empiezo con un mapa, según yo con ideas muy ordenadas y un plan de acción. A medio camino mi intuición me hace ignorar todo y me dejo guiar por esa brújula interior. Depende de si escribo novela o relato, decido cómo. El proceso es impredecible, pero apasionante.

¿En qué ocupa sus ratos libres?

Leer, ver películas, viajar (más antes que se podía con mayor libertad), ahora lo que he hecho en pandemia es pasar temporadas en mi casa de México y otras en la de París. Cuando estoy en París salir a caminar por horas es algo que me encanta. Pasar tiempo con mi familia, disfrutar de una rica cena, disfrutar mis mascotas (adoro los perros), son las actividades que hago cuando no estoy clavada en la página en blanco.



¿Cuáles son sus proyectos literarios a futuro?

Hay varios sobre la mesa. Estoy trabajando dos novelas y un nuevo libro de relatos. También tengo pendiente terminar la Trilogía de la familia con el libro de “Cuando los hijos lastiman”. Si de pronto me llega una nueva idea, seguro la tomaré al vilo. Lo que surja sobre la marcha.

 ¿Qué tiene que decir a los escritores anónimos con miedo de publicar obras?

A lo largo de los años me he percatado de algo: existen personas que quieren publicar un libro y personas que quieren ser escritores. La diferencia radica en que, quien desea publicar un libro, lo logra y su necesidad queda satisfecha. Los que desean ser escritores, escriben, escriben y escriben, nunca termina de saciarse su necesidad por la escritura. Si su pasión es escribir, si no pueden vivir sin hacerlo, no pierdan la fe, insistan, persistan y no abandonen su sueño. Así me pasó a mí. No imagino mi vida sin escribir, sin imaginar historias, sin inventar personajes. Ha sido un trayecto de mucha paciencia y fe, de no perder la esperanza. Jamás.

Solo cinco segundos

Corría el año 1988, en el almacén El Millón (El Castillo), ubicado en Perejil, de la capital panameña, había un cholito que le gustaba hacer alarde de ser varonil y retrasarse mucho mientras hacía el amor.


Sus compañeras boquiabiertas se sorprendían al escuchar sus historias de sus mujeres en Soná, Veraguas, aunque algunas no le creían ni una sola palabra porque argumentaban que quien mucho habla poco hace.

Noé García, era oriundo de ese poblado veragüense, de baja estatura, con cuerpo atlético porque en su tierra trabajó como peón y herrero, pero decidió ir a la Ciudad de Panamá a buscar mejor futuro. Tenía cabello lacio y ojos pardos. 

El hombre de marras le gustaba Yulissa Yariela Pérez, una dama de raza negra, cajera, con trasero de barco, piernas de trasatlántico, senos de Everest, alta, de cabello corto, pintado de rojo con Kool-Aid y ojos profundamente oscuros.

Noé García, era trabajador manual, su labor consistía en limpiar todo el almacén antes y después de su cierre.

También cargaba la mercancía pesada que a los clientes les era imposible llevar.

Se ganaba unos reales de más con esta faena extra y que sumaba a los 88 centavos la hora que le pagaba el hebreo dueño del almacén.

Era diciembre, sus camaradas del negocio aprovecharon que el 15 se cancelaría la bonificación denominada XIII mes que no es otra cosa que un salario mensual, dividido en tres partes.

Decidieron ir al prostíbulo La Gruta Azul, a pagar diez dólares por un rato de placer con alguna de las colombianas que allí entretenían por la mencionada suma, además de beber cervezas.

Noé García iba por una negra, pero cuando vio a Esmeralda, una rubia natural, de ojos verdes, delgada, senos diminutos, se le olvidó su gusto por las féminas de origen africano y naufragó con la dama, oriunda del barrio de Cuba, en Pereira, Risaralda.

El hombre pagó en la caja, le abrieron la puerta y la pareja se fue a la pieza de la mujer, luego al entrar ella se desnudó y el caballero hizo lo mismo.

Una época donde no se exigía preservativo en los prostíbulos, pero las trabajadoras del sexo, le limpiaban el miembro al hombre y se lo apretaban. Si el masculino hacía algún gesto de dolor no había trato.

Llegó el momento culminante y cuando la dama le hacía el aseo rutinario, estalló el volcán de Noé García con varias expulsiones.

La mujer, estupefacta, con su mano embarrada de magma blanca del hombre. Solo sonrió.

-¡Papacito! Solamente fueron cinco segundos-.

Preñado de vergüenza, el hombre vistió y se fue hacia donde sus amigos, sin embargo, 20 minutos después se sabía la historia, aunque acordaron guardar el secreto.

El lunes siguiente Noé García vio a Yulissa Yariela Pérez y le fue a decir un piropo.

-No conozco compa. Solo cinco segundos.

Todos los empleados del almacén ya conocían el hecho, el masculino miró a sus compañeros y compañeras burlarse de lo acontecido esa noche.

No tuvo más remedio que retirarse a limpiar el almacén y aprendió a no ser bocón.

¿Cómo nace una historia?

Intentaba dormir en la casa de mi hermana Maura, en San Pedro de Poás, Costa Rica durante una visita con mi hija Britannia para recibir el 2022 con mi familia costarricense, pero el insomnio me atacó duro.

Mientras daba vueltas escuché pisadas en techo de la vivienda, la de  al lado, luego salí al portal a fumar un cigarrillo como a las dos de la madrugada, a unos 18 grados Celsius.



Como uso lentes de contacto, me los quito para dormir, lo que me convierte en todo un cegato por mis -7.25 de miopía, así que era imposible ver, pero si escuchaba las pisadas en los tejados.

Volví a la cama, otra vez los pasos agigantados, gritos y las peleas de los gatos bajo la luz de la luna. Toda una película de terror.

Sin embargo, se me ocurrió crear una historia corta de unas 30 páginas de una panameña que iba a Costa Rica a casarse y tenía una serie de obstáculos para ser feliz con su futuro esposo.

Cuando le pregunté a mi hermana Maura y mi cuñado Richard si había brujas en San Pedro de Poás, mi pariente se echó a reír y el esposo de mi hermana dijo no creer en esas cosas.



Bueno, pensé, si no existe una bruja en esa ciudad costarricense yo mismo la inventaría, le pedí a mi sobrina Dangys que me trajera papel y lápiz, posteriormente hice el esquema de los posibles personajes y la trama.

Le comenté a Maura que así trabajaba  porque estaba en plena fase de la luna de inspiración, en menos de 5 minutos ya tenía un mapa literario.

“Cuando vuelva a Panamá escribo lo que tengo en mi cabeza”, le conté.

Se suponía que estaba de vacaciones, no debía ni siquiera leer, cero actividades en redes sociales o literarias.


Al final no pude evitarlo porque sin buscarla nació la historia "Una Bruja de Poás" que escribo en la actualidad y que lanzaré en Amazon Kindle pronto.

¿Qué se hace cuando estás en la fase de la luna? Inspirarte y punto.

'Hablar de mi propia vivencia no es fácil': María Madrigal

Toda una guerrera es la autora María Madrigal, autora del libro de motivación Rompe tus barreras, quien accedió a una entrevista con el portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte” para contarnos algunos detalles de su vida literaria.

 ¿Quién es María Madrigal?

María Madrigal es de Medellín, Colombia. Nació el 22 de julio, está radicada en Panamá desde hace varios años, donde es relacionista pública. Su libro Rompe tus barreras es su primera obra. En ella comparte su vivencia con el cáncer renal y expone una experiencia del día a día en las familias latinas.

¿Cómo nace la pasión por la escritura?

La pasión por la escritura nació a partir de las ganas de motivar e inspirar a las personas que están pasando por un cáncer, una situación difícil y a sus familias.



 ¿Cuál es su público lector?

Pacientes de cáncer, personas que disfrutan leer temas de motivación, crecimiento personal, superación, autoayuda y toda clase de lectura.  

 ¿Qué género literario prefiere leer y escribir?

Leo literatura de toda clase de temática, sin embargo, mi género favorito para escribir es la autoayuda.

Dicen que hay un camino que une la literatura y la locura. ¿Qué opina?

La locura siempre ha sido un tema importante dentro de la literatura. Con el tiempo ha ido cambiando y también los paradigmas sociales. Normalmente, se representaba a los locos como individuos extraños y desaliñados, esta visión también fue reforzada por obras de artistas, escritores, chistes como en el escenario teatral.

¿Ve desaparecer el libro de papel para darle paso al digital? Explique.

Con el tiempo si va a desaparecer el libro en papel, pero pasarán muchos años antes de que eso suceda.

¿En qué se inspira para escribir?

En historias, vivencias, en temas generales que son de mi interés.



¿Cómo nace Rompe tus Barreras?

Hablar de mi propia vivencia no es fácil, sin embargo, sentía la necesidad de compartirla con las personas que están atravesando una situación difícil como lo es el cáncer y ayudarles a ver que la salud se puede recuperar con disciplina, fe y esperanza.

¿Es escritora de mapa o de brújula?

Ambos, sin embargo, me inclino por mapa.

¿En qué ocupa sus ratos libres?

En mi tiempo libre disfruto hacer ejercicio, leer, escribir, compartir con mis seres queridos y trabajar con grupos de apoyo.

¿Cuáles son sus proyectos literarios a futuro?

Terminar un proyecto en el que estoy trabajando de crecimiento personal y continuar preparándome en otro género literario que también me gusta.

Explique el mundo de los autores autopublicados o independientes.

El mundo de los autores autopublicados es maravilloso, representa una gran oportunidad cuando no se cuenta con el respaldo de una editorial. Los sueños no se ven limitados, mientras tengas un excelente editor, existe la posibilidad de que sus proyectos creativos no se queden guardados en la memoria de un computador. 

¿Qué mensaje envía a los escritores jóvenes que tienen miedo a publicar?

Comenzar un proyecto literario no es fácil, pero lo más importante es atreverse, intentarlo las veces que sea necesario hasta lograrlo, superar el miedo y los obstáculos que se presentan en el camino de hacer realidad sus sueños.

 

Tres horas donde Iván

 La música de Ulpiano Vergara sonaba a todo dar, mientras que los clientes saboreaban sus cervezas ante el desastroso calor nocturno de diciembre. Algo había que hacer para neutralizarlo.

En el ala derecha de las instalaciones, un local separado con dos muros, una entrada, mesas con sus respectivas sillas y en el techo ventiladores para refrescar el clima.

Una barra de madera que da a la calle, donde los clientes colocan sus cervezas, la antigua entrada esta cerrada, pero se hizo un pasillo entre el muro pequeño del negocio y la edificación de madera para que el público ande.

Chicas de todos los colores, blancas, trigueñas, negras, pequeñas, tatuadas, algunas con pantaloncillos que dejaban casi al descubierto lo que la naturaleza le regaló al nacer y que cualquiera se muestra boquiabierto.

Panameñas, nicaragüenses, colombianas, dominicanas y venezolanas pululan por el antro con cubetazos de cervezas para los clientes y para ellas también porque son acompañantes.


Ellas son las damiselas, sicólogas, psiquiatras, consejeras matrimoniales, entre otras profesiones, beben de forma impresionante cerveza, incluso más rápido que los masculinos.

Su consumo de “pan líquido” es casi similar a un cosaco, sin embargo, no lo hacen por puro gusto sino porque su estómago depende de cada cerveza que un cliente les pague.

Dos dólares con 50 centavos le cuesta a los varones las cervezas obsequiadas a ellas, para el hombre un dólar, por lo que ella sumará a su emolumento un porcentaje de cada pinta que él le “mande”.

Un caballero de unos 60 años, vestido con pantalón gris y camisa blanca de rayas conversa con una chica en una de las mesas, se nota su felicidad. Volvió a su juventud, aunque sabe que su acompañamiento es por “fichar”.

El ritmo de Victorio Vergara invade el lugar, ella es una diva de piel canela, vestida con pantalón y camiseta pegada a su cuerpo, cabello largo oscuro, alisado, hurta las miradas de los clientes que no tienen la fortuna de estar acompañados. Numeroso elemento masculino no alcanza para todas las musas del bar.



Sale Karen, una nicaragüense, blanca, viste un pantalón negro adherido a sus piernas, su trasero es enorme, inmensa caballera negra, ojos pardos brillosos y con cara de princesa. Lleva una blusa blanca. 

Como ella, muchas escuchan distintas propuestas, desde convertirse en amantes, esposas, una mejor vida y darles el lugar que se merecen, no obstante, las chicas saben que todo es cuento de camino y al final el asunto terminará en una casa de ocasión en La Chorrera.


Karen es como un diamante en una mina de carbón, pero el trabajo dignifica, así que debe ganarse la vida, independientemente si la critican o no, ya que las cajeras del supermercado no preguntan de dónde viene el dinero con que se paga los alimentos.

Aunque la pista tiene pocas parejas, parecen pasarla bien, mientras que afuera un hombre le reclama a otro que se comporte y que  evite problemas porque esta ebrio, tanto que sus ojos danzan.

Todas las   noches se repite lo mismo en el concurrido bar de Burunga, Arraiján, en Panamá Oeste, donde estalla la testosterona y los huracanes de pasiones momentáneas arrasan.

Cuando se abusa de la buena suerte

Seis chiquillos en el corregimiento del Chorrillo, sin nada que hacer, no había dinero o un lugar donde ir ese domingo 4 de febrero de 1979. Toda una tarde de verano aburrida.

No les apetecía tomar un “diablo rojo” para ir hasta Nuevo Veranillo, en San Miguelito y otro autobús de vuelta a su adorada calle 17, del empobrecido vecindario donde vivían.

“Cabezón”, “Cone”, “Foca-Foca”, “Pata Podrida”, “Caga Pecho” y “Canino”, sentados en una escalera de El “Muelle”, trataban de solucionar ese ocio con una posible ida al cine Edison para ver la película Brillantina que se estrenaba en esa sala.

Cada uno pondría cinco centavos para completar los 30 centavos de dólar, luego que uno de ellos ingresara, iría al baño y caminaría hasta la puerta de hierro de emergencia, abría el portón para que sus compañeros disfrutaran de la producción cinematográfica estadunidense.


Sin embargo, había un problema porque al vigilante del cine se le había “colado” o filtrado público sin que se diese cuenta y con el mismo método de abrir la puerta de afuera que no era supervisada.

El error era de Foca-Foca, ya que cada vez que salían del cine, gritaba a todo pulmón que había entrado gratis, lo que provocaba la ira del humilde trabajador que tomaba un palo de escoba y correteaba a los chiquillos sin atraparlos.

-Tú tienes la culpa de que el señor esté vivo. Eres un bruto Foca-Foca, ahora el buay ya sabe que nos colamos-, reclamó “Pata Podrida”, trigueño, pequeño, medio gordito, cabello oscuro y ojos pardos. Su madre era una migrante salvadoreña.

Media hora de discusión, casi se van a los puños los dos niños, pero Cone intervino para evitar trifulcas.

-Necesitamos una solución al problema, no una pelea entre nosotros-, dijo Cone, delgado, narizón, blanco, caballo negro lacio y oriundo de Penonomé, Coclé.

"Foca-Foca" solamente sonrió. De raza negra, de alta estatura para sus diez años, cabello de afro, delgado y llevaba unas zapatillas Converse azules, cosidas con sus propias manos porque se rompieron.



Antes de irse al cine, se fueron a sus casas a comer porque no había plata para millos, gaseosas o la comida chatarra que venden en esos negocios.

Caminaron, cruzaron la avenida A, pasaron por Plaza Amador y llegaron hasta el Edison, “Pata Podrida” pagó sus 30 centavos de dólar en la taquilla, le entregó el boleto al vigilante, un hombre de pequeño, gordo, “acholado” y quien "metía" el ojo derecho. Le apodaban “Tribilín”.

Ninguno de los seis niños sabía que había otro vigilante extra, debido a que el cine estaba de bote en bote y aplicaron los correctivos para que nadie se les colara con el fin de ver la producción gratis.

“Tribilín” le hizo señas a su compañero, quien sin que “Pata Podrida” se diera cuenta, lo siguió hasta el baño, vio cuando abrió el portón de afuera y entró la gavilla.

Había un miembro de la Guardia Nacional, un sargento que no divisaron los niños, así que el uniformado los esperó, los chiquillos intentaron correr, pero la puerta principal fue cerrada para evitar que escaparan.

Con ese método lograron ver las películas Infierno en la Torre, Halloween, Por mis pistolas, El ministro y yo, Superman, Batman y Robin, no obstante, los pescaron con las manos en la masa o colados.

Al ver al guardia y sin escapatoria, los niños empezaron a llorar porque eran infantes, la vida los obligó hacer cosas incorrectas porque en este mundo se debe sobrevivir, siempre y cuando no le hagas daño a una persona.

El policía tuvo lástima porque tenía dos hijos de edades parecidas a los pilluelos, así que habló con el gerente del cine para que los castigara con una jornada y no perder tiempo, además los dañarían si los enviaban al Tribunal Tutelar de Menores.

Los pusieron a barrer y “Caga Pecho” que se creía un riquitillo por ser hijo único, tomó una escoba para realizar la faena muy molesto.

Así terminó la historia de los seis chiquillos porque por su edad no tenían madurez para saber que no se debe abusar de su suerte.

Años después de la historia, “Cone” regresó a su pueblo y abrió una tienda de víveres, “Cabezón” se diplomó en leyes, “Caga Pecho” murió cuando asaltaba con Foca-Foca un camión blindado, “Pata Podrida” se fue a El Salvador con su madre y Canino se graduó como médico.

Al salir de prisión, “Foca-Foca” se hizo soldador para nunca más visitar una cárcel. Tuvo otra oportunidad porque de niño aprendió a que no se debe abusar de la buena suerte y obtuvo la libertad por una rebaja de pena. 

 

El rejo yanqui

El eco de las risas llegaba hasta el cuarto número doce, donde residía la “Vieja bruja”, como le llamaban los chicos de la casa 8-64, ubicada en calle 17 oeste del corregimiento de El Chorrillo.

Los vecinos la pasaban normalmente, entre el desempleo, la marihuana, la promiscuidad, los empréstitos pequeños impagables, la música escandalosa y agentes del Departamento Nacional de Investigaciones (Deni), quienes buscaban afanosamente personas de mal vivir para enviarlas de vacaciones al territorio insular más grande del pacífico panameño o la isla prisión de Coiba.

Dos primos, Pepe y "Cabeza de Huevo" reían a carcajadas. Una broma pesada le hizo Pepe a su mamá. La llamó al Ministerio de Trabajo, donde laboraba como secretaria y le dijo que la policía zoneíta lo detuvo por tumbar mangos en la Zona del Canal.

-¡Ja, ja, ja, ja! Cuando mi tía sepa la verdad te van a dar una tunda de correazos, que ni siquiera el médico chino te curará. Te romperán el fondillo de tanto rejo-, aseguró "Cabeza de Huevo".

-No, ¡qué va, primo!, esa vaina no sucederá. No es la primera vez que le hago una bromita a mi viejita-, respondió Pepe.

Bajo la mirada de la “Vieja bruja”, ambos niños comentaban que tenía una hija, de nombre Jackeline, las más linda del barrio, pero era una “chica plástica”. Milagrosamente daba los buenos días a sus vecinos.

Ya pasaron los tiempos del "Silver Roll" y "Gold Roll", aunque la discriminación en la Zona del Canal aún existía y panameño visto tumbando mangos, cazando iguanas o paseando por este territorio era acosado por las autoridades zoneítas bajo órdenes del gobernador estadounidense.

Un taxi se detiene y desciende una señora caucásica, ojos claros, de estatura alta y con un billete de diez dólares en la mano.

-¡Viene la vieja¡-, gritó Pepe.

-Ahora mismo vas a saber lo que es bueno. Hijo de p...-,respondió la madre de Pepe visiblemente molesta.

Pepe no tenía escapatoria, sus neuronas dibujaron a su madre con un cinturón en la mano derecha y con la otra para tratar de que no escapara. Segundos después, Pepe era Emilio Zatopek; sin embargo, no tenía a donde correr.

Sus pies se convirtieron en resorte y sus ojos compitieron con el Tuira.

La correa no era yanqui, sino colombiana, de cuero excelente muy cotizados y cuya demanda en Panamá era enorme.

Ahora Pepe es inspector de la petejota y trabaja precisamente en el corregimiento de Ancón, la antigua quinta frontera o la Zona del Canal, donde Estados Unidos tenía un Estado dentro de otro.

 Cuando camina hacia su trabajo mira su correa y recuerda todos los días esa tunda de correazos que le dio su fallecida madre. Nunca más comió mangos.