No recuerdo quién me recomendó a Joss Curwen, solo sé que fue un escritor me dio excelentes referencias y que era joven, aunque dudé en un momento por su edad al ver su fotografía en las redes sociales.
Mi primera conversación con ella fue agradable, me di cuenta de inmediato
que era la persona que necesitaba porque antes trabajé solo con corrector y no
es lo mismo un corrector-editor.
Los escritores plasmamos nuestras ideas, pensamientos, acciones, reacciones
y otras aristas, no vemos nuestros errores, nos equivocamos con frecuencia, sin
embargo, muchas veces creemos que la botamos con una epopeya que estará en la
lista de las más vendidas.
Fui sorprendido con la labor de Joss, su juventud no guarda ninguna
relación con su experiencia como correctora-editora, me escribía para que le explicara
determinados párrafos o que algo no encajaba.
En ocasiones le decía, bórrelo, cierto que no es importante, me sugirió que
terminara un capítulo en una parte y empezara otro, aceptaba muy feliz.
Precisamente es lo que requerimos los escritores, alguien que nos guíe en
el camino del mundo del lector, el egocentrismo no lleva a ninguna parte, sino
a la pared donde nos estrellaremos.
Ojalá que trabajara más con Joss, mi única queja es que tiene demasiados
clientes, yo muchas obras y es imposible que lo haga solo para mí.
Por eso y muchas razones, les recomiendo a los escritores que laboren con
Joss, sabe dónde empezar y terminar.
Fue fabuloso el contacto con ella, pero este no es el final, sino el
principio de una relación escritor y editora.
Excelente, felicidades
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