La novia

Fernando Pitti no tenía idea lo que le sucedió cuando se desmayó en la carretera de Remedios, Panamá, tras llevar a una dama que le solicitó el traslado hacia su residencia, tras un baile de Dorindo Cárdenas.

La mujer, de cabello castaño oscuro, ojos avellana, estaba vestida de novia, lo que creó confusión mental del trabajador del volante porque creyó que era una loca o alguien que le jugó una broma.

Como la dama le platicó, el hombre conversó con ella normalmente como una cliente común y corriente que toma un taxi, posteriormente de una actividad social.



Pueblo chico infierno grande, pero la vida tiene muchas sorpresas y en las campiñas de todos los países, se registran muchas historias, algunas de ellas ciertas y otros inventos.

La dama supuestamente iba medio ebria, sonreía, le contó al taxista que estudió medicina en la Javeriana de Bogotá, laboraba en el hospital ‘Chicho’ Fábrega de Santiago de Veraguas como interna y se casaría con un enfermero.

Chistearon y bromearon, ella le dijo que le fue infiel a su pareja con un veterano cardiólogo, pero que el novio nunca se enteró y ella, aunque le remordía la conciencia en ocasiones, intentaba cerrar esa puerta.

Al llegar a Remedios, la mujer le dijo que la dejara al final del puente abandonado que antes comunicaba con Las Lajas, el taxista algo sorprendido observó a la fémina estar descalza, con ese vestido de novia en medio de las estrellas y la luz de luna.

Él se bajó del vehículo, se sintió algo raro, imposible respirar y cayó en la tierra, mientras la mujer lo observaba, pero lloraba y le pedía ayuda para solucionar un problema.

Al día siguiente, lo encontraron inconsciente unos peones que iban de Remedios a Las Lajas, lo despertaron y lo llevaron a una fonda cercana, pensaron que estaba borracho.

Fernando lloró delante de los comensales, les contó lo acontecido la noche  anterior, no obstante, una señora que escuchó la historia, se presentó frente al trabajador del volante.

—Señor taxista, eso que usted llevó no es un ser humano, es el fantasma de una chica que


murió con su novio en una motocicleta a pocos metros de la entrada de Las Lajas hace treinta años—.

—Imposible, ella conversó conmigo, era de carne y hueso—, respondió el asustado varón.

El 25 de febrero de 1987, Larissa del Carmen Quiel, falleció con su novio Alberto García, en momentos que viajaban en una motocicleta hacia David porque se fueron contra un árbol y murieron de forma instantánea en la entrada de Remedios.

Su espíritu se le presentaba los conductores que viajaban en la Interamericana entre los distintos poblados de esa parte chiricana porque su alma aún penaba por no cumplir su sueño de casarse.

Fotografía de Mike González de Pexels y Alcaldía de Remedios no relacionada con la historia.

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