El guerrillero que rompió el silencio

José Argüello y Nicole Garza vivían Inglewood, Los Ángeles, donde fueron a buscar mejor vida como lo proyectan las películas de Hollywood, sin tomar en cuenta que solo es fantasía y cuando llegas a tierras californianas no tienen pavimento de oro.

José provenía de Matagalpa, Nicaragua, hijo de campesinos que laboraban para la finca de un reconocido somocista, mientras que Nicole emigró desde Chiapas a recoger lechugas y tomates, debido a las pocas oportunidades de laborar en su amado México.

La pareja se conoció porque trabajaban en la limpieza del estadio Forum, usado para baloncesto y hockey, mientras que entre escobas, desinfectantes y bolsas de basuras nació un amor.



Ella quería irse a Pico Rivera, una zona donde residen numerosos mexicanos, sin embargo, el nicaragüense prefería quedarse en Inglewood, por ser una urbe con mayoría de raza negra porque decía sentirse como en Bluefields.

Para los americanos que no residen en Estados Unidos no es normal que haya barrios o zonas donde residan determinadas etnias, sin embargo, en EE. UU. la segregación racial es tan normal como el amanecer.

Áreas donde solo viven negros, otra para blancos, hispanos, asiáticos u otras etnias, algo imposible que suceda porque en otros países de América, porque la segregación es económica, no racial.

Así que el matrimonio sobrevivía y luchaban para salir adelante en un caserón destartalado, no tenían hijos y un día llegó Alfonso, un amigo de la infancia de José y excombatiente de la Contra.

Alfonso no tuvo problemas en encontrar la residencia de la pareja, tocó el timbre y la dama abrió la puerta, el paisano se identificó y lo hicieron pasar.

Luego empezó una tormenta en la cabeza de Nicole al escuchar las historias de la guerra civil nicaragüense, peor cuando oyó que entre su amigo y su marido ejecutaron extrajudicialmente a cinco soldados sandinistas.



A pesar de estar desarmados, los dos guerrilleros de derecha abrieron fuego porque odiaban la revolución sandinista, el socialismo y el comunismo, una narración que dejó a la mexicana horrorizada.

Su marido nunca le contó nada que fue insurrecto, de política y menos que la dictadura sandinista lo buscaba en 1988 por asesinato, así que huyó por la frontera del norte hasta llegar a California.

Cuando José abrió la puerta, encontró a su antiguo compañero de armas con cara de pocos amigos, su mujer lloraba a cántaros, le gritó asesino hijo de puta y desgraciado.

Había poco que hacer, a Nicole no le gustó que su pareja le ocultara su triste pasado, aunque en las guerras tanto la derecha y la izquierda cometen crímenes atroces, muchos de los cuales no son castigados.

El secreto fue el caldo de cultivo del rompimiento de una pareja que vivió unida durante tres años y la guerra los separó.

1 comentario:

  1. La verdad no podría tener una relación con una persona que mataba a sangre fría 😟

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