Matrimonio en el 'Rico' Cedeño

Efraín le tenía la sorpresa de su vida a Erika y decidió actuar en el estadio de base por bola "Rico" Cedeño, ubicado en Chitré, Herrera, en Panamá, un lugar que estaría abarrotado por el famoso clásico de Azuero o el partido entre las provincias de Herrera y Los Santos.

La pareja llevaba dos años de relación, se conocieron en ese estadio, en un juego entre las provincias rivales que exportaban fabulosos peloteros a otros países de América en ligas profesionales.

Efraín, de 30 años, blanco, de ojos miel, cabello castaño oscuro, alto y delgado, trabajaba como mecánico independiente, residía en el centro de Chitré, mientras que Erika es bajita, cabello negro, blanca, ojos pardos, muy sexi, tímida y labora como secretaria en el Ministerio de Obras Públicas.

El herrerano y ella santeña, residente en La Villa de Los Santos, zonas separadas y unidas por un puente a pocos metros, nunca se vieron en toda su vida, ni en bares, discotecas, actividades de carnavales u otra.



Antes de su relación, la dama se casaría con un paisano que la dejó con el traje de novia, a sus 24 años, sin explicar nada, el caballero se esfumó y la diva quedó traumada que no quiso saber de hombres durante tres años.

Ya con 27 abriles, ingresó a estudiar Administración de Empresas, con el fin aprender algo y superar el golpe duro que le propinó su antiguo novio.

Por ironías de la vida, a Erika no le gustaban los hombres blancos, sino de piel oscura o canela, Efraín no cumplía con ese requisito, ni tampoco su contextura física era atlética, como prefería su pareja antes de conocerlo.

El destino les tenía un encuentro, el día que se conocieron, Efraín fue al baño, posteriormente corrió hacia su asiento para no perderse el juego, se tropezó con su actual novia, quien llevaba un perro caliente y ¡Zasss!

Toda la salsa de tomate, mayonesa y salchicha se esparció por la camiseta naranja y blanca, con rayas negras de la mujer.

La fémina le gritó toda clase de insultos, el mecánico intentó disculparse en vano, ella lo abofeteó y casi se forma una trifulca entre ambas barras por el accidente.



Todo quedó ahí hasta que una semana después se encontraron en una actividad de enlace de terneros.

Erika lo reconoció, se fue a disculpar por su reacción, Efraín solo sonrió, la dama lo llevó donde sus amigos, contó la historia, luego rieron, bebieron, bailaron e intercambiaron números de celular.

Se hicieron muy amigos, luego novios y pasaron dos años, el masculino quería una familia, platicaron sobre eso, pero nunca de casarse.

El día del clásico de Azuero, ya Efraín planeó todo, llevó el anillo de compromiso y sabía lo que debía hacer.

Fue muy chistoso ver a la mujer con la camiseta de Los Santos y al hombre con la de Herrera, tomados de la mano mientras veían el partido, aunque cada uno iba a su provincia.

La dama recibió unos mensajes en la aplicación de WhatsApp, lo que aprovechó su novio para sacar de su bolsillo el anillo, se arrodilló, cuando Erika levantó la vista casi se desmaya.

Su pareja le mostró el anillo, las lágrimas bañaron sus mejillas, se acomodó la gorra y observó al público porque todos miraban.

—Cásate conmigo Erika—.

Un bullón le hicieron los fanáticos de ambas provincias, ella movió la cabeza en señal de aceptación y lo besó.

A los tres meses fue la boda católica.

 

 

1 comentario:

  1. Bella historia de amor y lo mejor es que Erika superó el dolor que le causaron.

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