Normita Jaén, de 22 años, siempre culpó a su madre Norma, de 45 años, del divorcio de su padre porque alegaba que no lo quería, aunque nunca supo que quien la engendró le fue infiel a su mamá.
La afectada tardó seis años en tener pareja, se empató
con un antiguo compañero de labores, caballero que nunca se rindió en su plan
de conquista.
El disgusto de Normita se incrementó cuando Norma le
informó que su novio, Belisario Pinzón, de 50 años, le propuso vivir juntos a
su residencia, en Tocumen, Panamá Este, e ideó un plan para que la relación de
la autora de sus días fracasara.
La mente maquiavélica de Normita fue la de seducir a
su padrastro con el propósito conocido porque no aceptaba la separación de sus
padres y su sueño era que volviesen.
Su inmadurez, la falta de carácter e inexperiencia la
llevaron a que en la primera semana atacara a su presa, caminaba en interiores,
le lanzaba coquetas miradas, se acariciaba sus pechos frente al marido de su
mamá y le tiraba besos a escondidas.
Como Belisario no es ningún pendejo, evitó a toda
costa quedarse en casa si su mujer salía hacer alguna diligencia o todo menos
estar con Normita solo en humilde vivienda.
Norma y su concubino se conocieron en una cooperativa
donde trabajaron como cajeros, cuando quebró, la primera se fue a laborar a un
almacén en Juan Díaz y el segundo quedó instalado en un banco cerca de su casa.
Una mañana, mientras Norma se cepillaba los dientes,
tras desayunar, su hija abiertamente le pidió a su padrastro hacer el amor sin
preservativos y que eyaculara adentro porque le gustaban los hombres maduros.
Normita es trigueña, delgada, con lindos pechos,
cabello negro, ojos pardos y de mediana estatura, parecida a su madre, mientras
que su padrastro blanco, ojos miel, alto, delgado y caballo castaño claro.
Belisario se negó, la hijastra lo amenazó con acusarlo
con su madre de espiarla en las noches, por lo que el caballero decidió grabar
todas las conversaciones porque en algún momento la bomba estallaría.
Así pasaron cuatro meses, Normita acosando al marido
de su mamá para seguir con su plan y el masculino, grabando todo sin que la
jovencita lo supiese.
Norma tuvo que trabajar un domingo, fue cuando Normita
hizo su último intento, se le presentó en traje de Adán y Eva al cuarto nupcial
donde Belisario miraba un partido de balompié.
Pero, antes, llamó a la autora de sus días para que fuera
a la casa de urgencia, lo que hizo Norma, al llegar vio su hija desnuda en el
cuarto matrimonial en momentos que discutía con Belisario.
La madre gritó toda clases de vulgaridades a ambos, Belisario
intentó explicar y su mujer afirmaba que lo traicionó con Normita, a quien llamó
puta por acostarse con su macho.
Entonces, Belisario mostró todas las grabaciones desde
el celular del acoso de su hijastra, lo que dejó muda a Norma, posteriormente
al verse desarmada Normita rompió a llorar y pidió perdón.
Su excusa fue que quería que su madre y padre
estuviesen juntos, lo que generó que Norma avisara a su antiguo marido para que
se llevara a su descendiente y este se negó argumentando que su esposa no la
quería.
Belisario, le dijo a su mujer que la amaba, nunca le
sería infiel porque le costó seis años conquistarla y de que perdonara a su
hija, pues no contaba con madurez suficiente.
Entre altas y bajas, Normita aceptó la situación y con
el pasar de los años aprendió a querer a su padrastro, quien luchó para formar
una familia y adorar a la que un día fue su enemiga.
Imágenes ilustrativas cortesía de Dreamstime.
A esa pelaita había que darle una cuera por hp.
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