Samy Quevedo, el héroe Ngäbe-Buglé

En la Comarca Ngäbe-Buglé hay un personaje histórico poco conocido fuera de las fronteras de esa reserva indígena, alguien respetado y cuya leyenda pasó de generación en generación, en los famosos cuentos de boca a boca.

Durante la época colonial española, los nativos fueron desplazados de las distintas regiones y empujados a tierras lejanas, por lo que se establecieron en zonas montañosas para no ser molestados por los conquistadores y los mestizos.

Sin embargo, el colono quiere más y más tierras.

Finalmente, llegaron hasta donde hoy se encuentran ubicados, sin embargo, en la mitología indígena se narra la historia de un soldado español, específicamente gallego llamado Luis Roibás, quien murió de un flechazo de los nativos en una batalla en las orillas del río Cricamola.



No obstante, el orgullo del militar gallego era tan patriota que su alma se convirtió en un espíritu que se transformaba en cualquier animal para acabar con los indios, la mayoría de ellos arqueros con fina puntería y soldados de infantería.

Luis se transformaba en águila, culebra, puma, jaguar, jabalí, caballo y toro para acabar con una docena de arqueros y ocho guerreros nativos, lo que empezó a preocupar al cacique mayor.

Mientras los indios intentaban cazar sin éxito a Luis, llegó a Kankintú, Samuel Quevedo, a quien llamaban Samy, alto, atlético, con cabello lacio hasta los hombros, ojos oscuros, bíceps enormes y un espíritu de lucha inquebrantable.

El caballero tenía un pacto con los dioses, no el de los españoles, sino los suyos, les prometió que daría su vida con tal de salvar a su pueblo del yugo conquistador.

Fue complacido y se transformó en águila, volaba por la comarca en busca del soldado gallego todas las noches, que era cuando el fantasma atacaba sin misericordia.



Una de esas noches, lo divisó a los lejos, era un puma negro, gigante, con enormes garras, ojos vistosos y corría una impresionante velocidad de 80 kilómetros por hora.

Devoró a dos soldados que hacían guardia y Samy le tendió una trampa para atraparlo.

Samy Quevedo, aterrizó entre la mitad del camino selvático hacia Kankintú, hizo traer cuatro arqueros fantasmas, pero eran vacas. Engañó al animal brutal, que apenas vio sus presas, corrió.

El héroe Ngäbe-Buglé, hizo una fogata y se convirtió en un leño, cuando el puma brincó por encima del fuego para matar a los soldados, Samy extendió sus brazos, lo atrapó y lo arrojó a las brasas.

Se convirtió nuevamente en figura de hombre para ver cómo se quemaba el espíritu del soldado español.



Los dioses, en agradecimiento, no le quitaron la vida a Samy Quevedo, por el contrario, vivió muchos años para ver a su pueblo luchar contra la adversidad, el racismo, la pobreza y la superación.

Historia basada en una narración  verbal breve del escritor Máximo Quintero en la Comarca Ngäbe-Buglé, el 3 de septiembre de 2022.

 

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