La Viudita

Durante los años 50 y 60, Santa Fe de Veraguas, en Panamá, seguía siendo un pueblo atrasado, pobre, con mucho latifundismo, campesinos escuálidos, explotados y humillados por los patrones.

Fue foco de historias y pasiones, de un nacimiento insurgente conocido como “El levantamiento del Cerro Tute”, que terminó con varios muertos y detenidos.

En la iglesia de ese pueblo, en ocasiones asistía a misa, una señora vestida de negro de pie a cabeza, con un velo para evitar revelar su rostro, lo que generaba muchas preguntas sobre su identidad.

La mujer era la última que llegaba misa y la primera que salía, posteriormente se perdía entre los oscuros caminos, ya que para los años 60 aún no había energía eléctrica en Santa Fe.



Algunos decían que era Marita, la empleada de un hacendado francés, quien desapareció del pueblo para marcharse a la capital en busca de mejor vida, pero nunca volvió.

Otra versión era de que la dama fue asesinada por el terrateniente galo en un ataque de celos porque era su amante y la sepultó de forma clandestina.

La fémina no hablaba con los vecinos, se marchaba inmediatamente, apenas terminaba la misa, y como causaba temor entre los parroquianos, nadie se sentaba en la banca donde ella se colocaba.

Sin embargo, dos niños traviesos, conocidos en el pueblo como Dany y Taco, decidieron seguir a “La Viudita” para saber dónde vivía.

Ese domingo, se colocaron afuera de la iglesia para espiar a la mujer, quien salió y ellos tomaron distancia para andar detrás de ella.

Pasó media hora, como había luz de luna, pudieron continuar al ver la sombra de la figura hasta que ingresó al cementerio de Santa Fe.

Los traviesos chicos no corrieron, por el contrario, les llenó de curiosidad que la mujer no caminaba, sino que levitaba, así que se imaginaron que sería un fantasma del que tanto hablaban en el poblado o Marita, la asesinada.



Dany, sacó de su bolsillo una linterna de su papá, y alumbró para caminar por todo el cementerio con la finalidad de descubrir la tumba de la fémina.

Buscaron 20 minutos, alumbraron, las criptas de varias familias hacendadas, de dos sacerdotes, tumbas viejas y no hallaron absolutamente nada.

Decidieron marcharse, cuando de pronto, una luz tenue apareció y estaba “La Viudita" frente a ellos.

Su aspecto era terrorífico, esos ojos oscuros grandes y pronunciados, rostro sin piel, huesos frontales, colmillos de coyotes, dientes amarillos, le salían gusanos de sus fosas nasales y entraban por la boca.

-No busquéis entre los muertos, sino entre los vivos, porque ellos son los que hacen daño. Soy Marita y fui asesinada por mi patrón-, dijo el fantasma.

El culillo fue tanto que Dany se cagó en sus pantalones, mientras que Taco se orinó ahí mismo.

-No somos malos señora, solo queríamos saber quién era usted-, respondió Taco.

-Bien chiquillos culicagaos, vayan a sus casas y no digan nada de lo que vieron y oyeron. Yo no saldré más a la misa. La escuchaba para que mi alma estuviese en paz, pero ya como me descubrieron, mi espíritu se irá al cielo-

Los pelaos, corrieron durante diez minutos, llegaron a la iglesia, alumbrada con guaricha en todas las esquinas.

Nunca contaron que vieron a “La Viudita” y guardaron el secreto.

 

1 comentario:

  1. Ja ja ja eso les pasó por curiosos, pero al final liberaron a un alma en pena.

    ResponderBorrar