El ataque del escritor indo-británico Salman Rushdie,
en Nueva York, no es un hecho aislado y todo apunta a un autor fanático
islamista, tras 33 años de publicada la novela Versos Satánicos y que encendió
la irá de países musulmanes.
Rushdie no es el único escritor que fue blanco de
atentados, ya que a lo largo de la historia literatos han sido asesinados,
amenazados y otros tuvieron que partir al exilio por sus gobiernos o porque las
mafias le ponen precio a su cabeza.
Desde los tiempos de los monarcas absolutos, la
literatura es, fue y será enemigo del estatus quo, debido a que rompen con el
molde tradicional, arrastran a los lectores conocer realidades ocultas y les
enseñan el otro lado de la luna.
Gobiernos de derecha, de izquierda, dictaduras,
fanáticos religiosos, tanto católicos, musulmanes y de otros credos, son
los defensores de la censura, de forma abierta o bajo presión, a las casas
editoriales, para evitar que determinada obra se publique.
El portal https://www.comunidadbaratz.com/blog/20-libros-prohibidos-hace-tiempo-y-que-ahora-son-realmente-influyentes-en-la-literatura-universal/ publicó una lista de 20 libros que fueron prohibidos
en su momento.
Irónicamente, los países que más aparecen son Estados
Unidos y el Reino Unido, naciones que condenaron enérgicamente el cobarde
ataque al escritor Rushdie.
Casos como los del literato búlgaro Georgi Markov
(1929-1978), asesinado por los servicios secretos de su país en Londres,
pinchado con la punta de un paraguas que contenía veneno.
Héctor Abad Gómez (1921-1987), era un médico y
ensayista colombiano, fue asesinado en Medellín por denuncias contra los
paramilitares de extrema derecha.
Aquí hago una pausa para evidenciar que tanto la
ultraderecha como la ultraizquierda, ordenan asesinatos porque lo que se
practica es silenciar toda voz disidente.
En el hermoso México, la periodista Lydia Cacho
escribió el libro “Los demonios del Edén”, luego de una investigación sobre
trata de blancas y pedófilos, lo que la llevó incluso a ser detenida y
trasladada desde Puebla a Quintana Roo.
La comunicadora social divulga testimonios contra
poderosos empresarios que mantenían relaciones sexuales con menores de edad y,
aunque el libro no fue prohibido, Lydia Cacho aún mantienen un proceso judicial
por el delito de difamación.
Mientras que, en la milenaria Italia, el escritor,
ensayista y periodista Roberto Saviano, autor de la obra “Gomorra”, fue
amenazado por la mafia o el clan de los Casalesi.
Una amenaza real que llevó al gobierno, desde el 2006,
a ponerle una fuerte escolta al comunicador social.
Estos son solo pocos ejemplos de ataques, pruebas de
fuego o asesinatos a escritores o escritoras porque sencillamente no les gusta
a algunos lo que plasman en sus obras.
No obstante, nada detendrá a un escritor con dedos de
hierro para redactar su pensamiento, hacer denuncias o romper barreras.
Interesante artículo. Gracias por compartir.
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