En el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) laboraba Emérito Zaldívar, como asistente en la Dirección de Contabilidad y con aspiraciones desde hacía seis años a la posición de Contador I.
Blanco, ojos pardos, cabello negro, delgado, de
mediana estatura, con 29 años, tramitaba su diploma como Contador Público
Autorizado (CPA), hacía bien su labor, sin embargo, era quien le filtraba al
jefe todo lo que ocurría en la oficina.
Sencillamente, es lo que se conoce en Panamá y otros
países como “sapo”, ya que su superior tenía una red de espionaje, en todos los
rincones de la gigantesca dirección, como era un capitán jubilado de la Policía
Nacional (PN), muchos son déspotas y quieren estar informado de todo.
Entre dos o tres veces por semana, Emérito Zaldívar,
se encerraba para revelar todas las infidencias acontecidas, no solo en la
oficina, sino en el MEF.
Aparte de ganar gracia con su superior, el caballero
pensaba que a punta de sapería lo ascenderían a la posición que tanto anhelaba.
En seis años, pasaron tres directores y con los todos
hacía lo mismo, lo que se traducía en que Emérito Saldívar, se “cuadraba” con
cualquier jefe.
Como premio por contar los chismes, su superior,
identificado como Gonzalo Marytierra, lo premiaba con giras al interior, le
tiraba toallas de 20 o 30 dólares y lo complacía con algunos caprichos.
Había un viaje para Estados Unidos, el “batracio”
aspiraba a pasear por Nueva York, a un curso de contabilidad que dictaría el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por dos semanas, con gastos pagos y mil
dólares por cualquier eventualidad.
No obstante, en la oficina estaba recién llegada una
dama de nombre Zuleyka Amores, de piel canela, cabello lacio, ojos oscuros,
delgada y senos operados, mujer que dejó loquito a Gonzalo Marytierra.
Emérito Zaldívar ya había escuchado que la joven, de
25 años, era querida del ministro, corrió a donde su jefe a informar que no se
metiera con la fémina porque lo podrían botar.
Toda esa información llegó a los compañeros de trabajo
y obviamente que a donde la chica, quien molesta, se lo comentó a su padrino, el ministro, figura que no era su amante
sino su tío.
Al “sapo” se le formó tremendo problema por el bochinche
que difundió con el objetivo de ganar gracia y un viaje a la Gran Manzana.
Vino la quincena, llamaron a Emérito Zaldívar de la
Dirección de Recursos Humanos para notificarle que fue destituido de su puesto
porque el cargo era de libre nombramiento y remoción.
Le lloró a Gonzálo Marytierra para que hablara con el
ministro y lo restituyera, pero su exjefe lo tiró al agua y le respondió que le
contaron que a sus espaldas despotricaba contra él.
Al final, la posición de Contador I y el periplo se lo dieron a
Zuleyka Amores y el “batracio” se fue sin empleo, con una mano adelante y otra
atrás, lo que evidencia que todos los sapos mueren reventados.
Fachada cortesía del MEF.
Imagen de calculadora de Daniella Britannia Quesada.
Así acaban todos los sapos. Que jocosa manera de contar la historia 🤣
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