El resultado fue un desastre, realizado por los agentes del Mossad, Shimon Levine, Salomón Cohen y Ariel Lubotzky, quienes finalmente fueron detenidos en el aeropuerto internacional de Helsinki.
Un doble agente palestino les dio información falsa de que el libanés Abdul
Shaheen, uno de los artífices en una matanza en Jerusalén, residía en la
capital finlandesa, sin embargo, el objetivo era un obrero casado con una nativa de ese
país.
Uno de los espías le metió un balazo en la cabeza, huyeron en un BMW, color negro y con los vidrios polarizados, aunque ya los vecinos del barrio obrero de Kallio sospechaban de los extranjeros por su aspecto físico y que vigilaban a alguien.
Solo al comandante Michel Toledano, se le ocurriría enviar tres agentes de
cabello oscuro, en un país donde la mayoría de sus habitantes son rubios, de
ojos azules y pelirrojos.
Los residentes proporcionaron a las autoridades locales el número de matrícula del automóvil de fabricación alemana,
la policía finlandesa los identificó y apenas entregaron el vehículo fueron
capturados.
El muerto en realidad era Alí Shaheen, nacido de Egipto, emigró hacía dos años a Finlandia y laboraba
como ayudante general en una construcción, su mujer Vladislava, una pelirroja,
linda y delgada, estaba en su quinto mes de embarazo.
Los agentes del Mossad neutralizaron a su objetivo, mientras el caballero
caminaba con su esposa hacia el automóvil porque ella lo trasladaría al
trabajo, esa mañana del verano de 1978.
Ahora Shimon, Salomón y Ariel estaban por su cuenta, el gobierno israelí negó toda la participación en el hecho de sangre, la policía encontró documentos, los pasaportes de los espías y fotografías de vigilancia del asesinado en varias faenas.
Los tres fueron condenados a 20 años de prisión, nunca dijeron los motivos del crimen, pero el Servicio Secreto de Finlandia recibió información de la KGB de
lo que hacían allí.
Una venganza contra un grupo de extremistas que ultimaron a ocho ciudadanos israelitas
en una feria en Jerusalén, llevó al gobierno a ordenar la ejecución de todos
los involucrados en el acto.
Juego de espías, asesinatos, un Estado contra otro, religiones, razas y
parientes porque árabes y judíos son de origen semita o primos, pero la vida y el poder
los separó desde hace siglos.
Vladislava con su madre, lloraba en su apartamento a su marido, tres culpables que no confesaron sus motivos y había una sola pregunta: ¿por qué a su esposo?
Toledano, el jefe de la fallida misión fue trasladado a Panamá,
donde se hizo amigo de la dictadura militar y su asesor de seguridad.
Diez años después, los asesinos fueron liberados sin explicación alguna, el
gobierno israelí le dio un cheque de 100,000.00 dólares a Vladislava, a través
de la embajada, aunque no hubo preguntas y todo quedó allí.
Muerte y tristeza fue el resultado de esa operación fallida.
Fotografías de Wikipedia y Cottonbro Studio de Pexels no relacionadas con
la historia.
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