Manuela Sánchez lloraba frente al jurado de conciencia, sin embargo, no había oportunidad ni nada que la salvara de una sentencia de por vida en prisión o frente a la inyección letal, en un tribunal del sur de California.
La fémina era acusada de
la muerte de cuatro adolescentes, quienes mantuvieron una riña con un miembro
de la temida Mara Salvatrucha (MS-13), una peligrosa pandilla de
centroamericanos, principalmente salvadoreños y hondureños en Estados Unidos.
A Manuela la llevaron sus
padres al condado de Ventura, cuando tenía diez años, sus papás eran jornaleros
de verduras, sin embargo, la joven prefirió tomar la vida en las peligrosas calles
de Los Ángeles que la del campo.
Tuvo un novio pandillero,
luego que la dejó se involucró con un paisano suyo, quien intentó sacarla de
ese mundo terrible, pero la fémina nunca tuvo el interés de abandonar el círculo
delincuencial, su novio José le aconsejó que no saliera de su casa esa fatal
noche.
Manuela, a quien conocían
en su círculo como La Diabla, no escuchó los consejos de José y se fue con los
miembros del MS-13 a buscar a los cuatro
chicos para ajustar cuentas.
Lograron ubicarlos, se
los llevaron en una camioneta a un bosque, fueron golpeados como una piñata en
fiesta y La Diabla hizo los primeros disparos, mató a dos e hirió al mismo número.
Los desgarradores gritos
de las víctimas eran imposibles escuchar por estar en una zona apartada, tras
ser asesinados, los delincuentes se fueron a un bar a celebrar su acción.
Tres días después, unos
cazadores encontraron los cuerpos, avisaron a la policía, cuyos agentes
encontraron un teléfono móvil con la conversación entre Manuela y un pandillero
que se le cayó el aparato.
Como estaba fichado, las
autoridades lo buscaron, lo encontraron, fue detenido, tomó la guitarra para
entonar la melodía de nombres y acontecimientos.
Al ser llevada a juicio, Manuela
no quiso pactar 30 años de prisión, saldría a los 55 años, no obstante, el
jurado la encontró culpable, recomendó prisión de por vida, así que el juez Marc
García la sentenció a 80 años más una cadena perpetua.
La Diabla morirá en
prisión porque el juez se aseguró que, si ganaba una apelación para libertad
condicional o bajo palabra, esperaría 30 años más para luchar contra la cadena
perpetua.
José analiza las razones
del comportamiento de su novia y la visita a prisión mientras decide qué hacer con
su vida.
Fotografías cortesía de RDNE
Stock project de Pexels no vinculadas a la historia.
Cuanta maldad de la diabla, matar a los chicos con tanta frialdad 😰
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