Enrique Sousa es un hombre oligarca, mujeriego, casado desde los 25 años con una rabiblanca por conveniencia empresarial o negocios, como a veces ocurre en la clase dominante panameña.
Toda una obligación donde el amor era nulo y los intereses de dinero prevalecían,
lo que hacían de Martha, la esposa de una mujer sufrida con las constantes
infidelidades de su marido.
La situación era tan grave que Enrique optó por pasearse con sus mocitas en
centros comerciales, discotecas, bares, las playas o lugares montañosos, lo que
obligaba a Martha a vivir en un submundo de tristeza y dolor con sus dos hijos.
Para matar su aburrimiento, la matrimoniada por conveniencia porque sus
padres estaban en bancarrota, decidió tomar clases de guitarra, allí fue donde
conoció a Heriberto.
El chico solo contaba con 19 años, algo acholado, con cuerpo de atleta, piel
canela que quedó encantado con la mujer de 33 años, blanca, pelo castaño oscuro
y ojos verdes.
De inmediato, la catrina pensó en su venganza, un tipo pobre con una dama
encopetada sería lo mejor para devolver la pelota a su marido y los socios del Club
Unión.
Así que hizo el primer contacto con Heriberto, que tenía a a Liza (su novia), pero era un muchacho sin experiencia con el sexo femenino y que
aún no había hecho sexo.
Fue Martha quien le presentó las pensiones, las casas de citas y como su
marido estaba fuera de casa los fines de semana, el matrimonio se daba toneladas
de infidelidad.
En el amor, la edad no importa, Martha usó las tarjetas de crédito que su
esposo le dio para comprar ropas, relojes, zapatos, hoteles, restaurantes y
cualquier gasto.
Sacó 5 mil dólares del banco para regalar a su noviecito un carro de
segunda mano, un vehículo coreano en muy buenas condiciones.
Y como es normal, los días de semana Heriberto utilizaba el carro para
pasear con su novia Liza y, a pesar de que su amante conocía la relación, no la
objetó porque se convirtió en sugar mommy.
En el matrimonio la consigna era cada loro en su estaca, no obstante, un
día Martha salió con Heriberto, se fueron a un bar en la Calzada de Amador, ambos se emborracharon y al retornar, el vehículo colisionó con otro y los dos automotores cayeron
al mar.
Llegó la policía, una ambulancia, los reporteros gráficos y camarógrafos
que captaron a la sugar mommy con su jovencito, los dos borrachos y abrazados.
Fue un escándalo en el Club Unión, Enrique pidió el divorcio, pero su mujer
respondió que él hacía lo mismo y que si quería separarse ella tenía derecho a 12.5
millones de dólares de la fortuna de su marido.
El esposo decidió dejar el asunto así porque le costaría caro la separación
que una infidelidad.
Fotografías cortesía Pexels y Roberto Nickson.
Wow, 🔥 🔥
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