Muy joven para envilecer

 

Celeste Azcárraga, a sus 17 años, llevaba una larga carretera recorrida, principalmente cuando en las noches andaba en la vía Véneto de Panamá, en busca de algún turista europeo, canadiense o estadounidense para alquilar su voluptuoso cuerpo a cambio de dinero.

Necesitaba sobrevivir porque lleva el sustento de su madre y su hermano de 8 años, quienes la esperan cuando los rayos del sol apenas apuntan para saciar su estómago danzante por falta de alimentos.

Una triste vida, la princesa, de mediana estatura, blanca, cabello castaño claro, ojos verdes, rostro de infante y cuerpo de vedette, Celeste se vio obligada por Marianela, la autora de sus días, a subirse ese demoníaco tren por su adicción a la marihuana y el alcohol.



Cuando la vio crecer, Marianela sabía que era su gallina de huevos de oro, su mina de plata, su recurso natural explotable para alimentar su interior de sustancias psicotrópicas y llenar su hígado de ron o seco.

Abandonó el XI grado de bachillerato en ciencias porque putear era prioridad, ya que el árbol de los estudios tarda años de dar frutos, es lectora compulsiva y admiradora de documentales en sus ratos libres.

El amor estaba vetado, Marianela le prohibió las visitas del vecino Rogelio, de 17 años, un imberbe a punto de graduarse del colegio secundario Elena Ch. de Pinate, en el corregimiento de Juan Díaz, en las afueras de la capital.

Ambos vecinos de Ciudad Radial, en Concepción, Juan Díaz, un ghetto en todo su esplendor donde las drogas abundan como las gotas de lluvia y aguardan las tormentas de esperanzas de un mejor futuro.

Tan joven y le fue presentada la gonorrea con la sífilis, difíciles de curar y que impiden que labore en las noches, mientras huye de la policía que le pide su cédula porque saben que es menor.



Ya la pillaron dos veces, pero la meten a la patrulla y paga con felaciones a los agentes del orden público, unos aprovechadores de una fémina que inició su carrera del amor casi al cumplir 16 años.

Celeste pierde sensibilidad, aunque su corazón es un flan cubierto con duros golpes, espera algún día la muerte de Marianela para terminar su escuela y unirse con Rogelio.

 

Imagen de mujer de Freepick.


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