La tía de mi amiga

 Los martes y jueves hacíamos tareas universitarias en casa de Mercedes, quien residía en Chanis, en la periferia de la ciudad de Panamá, era algo continuo desde el primer semestre.

Soy Pedro, estudio arquitectura y Mercedes es mi mejor amiga del salón, vivo en Reparto Nuevo Panamá, cerca de mi compañera de clases, conozco a toda su familia y ella a la mía.

Una de esas tardes, cuando llegamos a la vivienda de Meche, nos abrió la puerta una mujer muy atractiva, de raza negra, alta, senos inmensos, lindo cabello oscuro, ojos pardos y cuerpo de guitarra, lo que me dejó idiotizado.

Meche la abrazó, me la presentó como su tía Allison, quien llegó de Bocas del Toro para trabajar como profesora en un colegio estatal del corregimiento de Juan Díaz.



Allison tiene 45 años, divorciada, con un hijo de 20 años, estudiante de leyes en Chiriquí, reside con su padre, mientras que la tía de mi amiga es soltera.

En un principio me dio pena que Meche se diera cuenta, solo me dijo que su tía es muy linda, sin embargo, mi edad de 22 años era insuficiente para conquistarla. No le refuté nada.

Soñaba con tener a Allison de pareja, algo así como café con leche porque soy blanco, ojos verdes, cabello castaño claro y alto.

Me gusta jugar bola suave en el cuadro de Chanis, allí hay una liga y disfruto ese deporte como no tienen idea.

Durante un partido de esa disciplina deportiva, logré un juego perfecto, no carreras ni me colocaron imparables.

Todos me felicitaron, mi equipo, Los Tigres de Reparto ganaron esa tarde dominical, nos marchamos hacia un bar cercano a celebrar y allí me encontré a Allison con unas docentes.

Me di cuenta de que la tía de mi amiga sentía cierta atracción por mí, intenté conquistarla, bebimos y me comentó que es una mujer madura, no da vueltas y fuimos a lo que ustedes ya se imaginan.

Todo normal, iba a casa de Meche a realizar las faenas universitarias, pero su tía estaba en el colegio en las tardes.



Los encuentros con Allison eran clandestinos hasta que Meche nos vio en el restaurante Broncos, saliendo y tomados de la mano.

Nos saludó y sonrió, sin embargo, a mi novia madura no le gustó y prefirió citas clandestinas en hoteles.

Como no tenía novia, ni ella marido no usamos protección, lo que significó que a los cuatro meses Allison quedó preñada porque no estaba operada.

Ambas familias pegaron el grito al cielo, un pela’o con una veterana y preñada, lo que causó el disgusto de Meche y terminó mi amistad con ella.

Descubrí que mi amiga en realidad siempre estuvo enamorada de mí, no lo sabía y tampoco me atraía como mujer.

Al final de la historia mi madre aceptó a Allison hasta que diese a luz y luego buscásemos un lugar para vivir.

Jamás pensé en conocer y menos embarazar a la tía de mi amiga.

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