Los años de la secundaria o universitarios son los mejores, primero por ser una época en la cual el individuo se forma, adquieren algunas experiencias de sus vidas y que se graban de forma imborrable en la mente.
Corría el año 1986, hubo una tarde de baile, en el
gimnasio de la Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía (Epiho), con gran
cantidad de chicas, tantas que se invitaba a varones del Instituto Técnico Don
Bosco y la Escuela Náutica de Panamá (hoy Universidad Marítima Internacional de
Panamá) porque los pocos varones de la Epiho no daban abasto.
Evidencia de ello es que el salón donde más varones
había eran máximo 13, en los planes de bilingüe como cuatro alumnos y en Educación
para el Hogar, ninguno.
Una banda incorregibles alumnos, ingresaba
de forma clandestina cigarrillos y licores, mercancía que no solo era ilegal
por tratarse de menores de 18 años y obviamente porque la actividad se
desarrollaba en el colegio.
Para contrarrestar esto, un grupo de docentes hacía
rondas con el fin de incautar el licor y los cigarrillos, pero los atrevidos jovencitos
lograban esquivar a los profesores.
En ese baile estaba Plastiquito, El Metálico,
Rayao, Rigo, Cesarín, Costa Rica e
integrantes del famoso Clan Fuga,
cuyo licor oficial era el ron Bacardí.
La afición por la fiesta era tan grande que a uno de
los compañeros lo apodaban Bacardí
porque no se perdía una rumba.
Todo un rosario de damas, los caballeros se daban
banquete y el lujo de escoger esta sí o esta no, porque, a pesar de las
invitaciones a los colegios mencionados, se quedaban cortos de masculinos y
sobraban chicas.
Las mirabas con los brazos cruzados con ganas de
bailar o esperar que un varón la eligiera. Si era fea se jodió.
En el centro de baile Plastiquito, El Metálico,
Rayao, Rigo, Cesarín y su banda
hacían de las suyas con licor y los famosos blancos.
Cortejando las alumnas del plan B (bilingüe) o las de Educación
para el Hogar, que poco frecuentaban a la banda de diablillos del Clan fuga y los protagonistas de esta
historia.
Plastiquito andaba alerta porque chifeaba a una de sus novias (tenía
varias) y El Metálico, detrás de Lucrecia,
una chica blanca, herrerana que lo volvía loco, mientras que Rayao con sus locuras de siempre.
Lo que no contaron los traviesos era que los
profesores organizaron un grupo de alumnas como agentes encubiertos para pillar
el contrabando de licor y tabaco.
Ellas eran sus ojos e ingresaban en el tumulto de
parejas que bailaban, fumaban y bebían sin causar sospechas. Una excelente idea.
Una de las espías era una señorita blanca, cabello
castaño claro, ojos avellana y de baja estatura, sorprendió a Plastiquito cuando recibía un cigarrillo
de Cesarín, y la dama dio la voz de
alerta.
-¡Te vi el cigarrillo!-, gritó, luego llegaron dos estudiantes
más.
Plastiquito quedó sorprendido, posteriormente se presentó el
profesor Valdés (de música), se acercó dónde Cesarín y le extendió la mano derecha al estudiante.
Con rostro de cabreado, Cesarín introdujo su mano derecha en el bolsillo y sacó un paquete
de Marlboro rojo para entregarlo al docente.
Valdés hizo un gesto de desaprobación con su cabeza,
dio la media vuelta y se marchó.
El lunes siguiente, antes del canto del Himno Nacional, los famosos del colegio y unidades del Clan
Fuga comentaban los hechos.
Por ironías de la vida, la agente secreta pasaba, miró
a Plastiquito, El Metálico pensó en molestar la paciencia.
-Te vi el cigarrillo-, gritó El Metálico.
Todos soltaron la carcajada e incluso la jovencita que
pilló a Plastiquito.
La frase quedó grabada de por vida.
Ja ja ja de las cosas que uno se entera de la prof 🤣🤣
ResponderBorrar