Yasuri y Misuli, son dos chicas, de 22 y 24 años, vecinas de Cabo Verde, donde abunda la pobreza, la carencia, la falta de cultura, educación y una zona peligrosa en extremo si entras sin alguien conocido del barrio.
Ninguna trabajaba, tenían maridos de ocasiones o
masculinos que le ofrecían entre 20 o 30 dólares por una hora de placer para
estallar la testosterona, saciar la lujuria y descargar el volcán interno.
Sin duda alguna, eran atractivas, Yasuri, es una
culisa, pocotona, con nalgas y pechos enormes, mirada falsa y de imán, ojos
pardos y cabello negro corto, mientras que la segunda es blanca, ojos miel
delgada, senos pequeños y bien parados y una abundante cabellera castaño
oscuro.
Ambas usaban su físico para atraer clientes por las
inmediaciones del corregimiento de Calidonia, en la capital panameña o por la
Plaza 5 de mayo, donde abundan los bares.
Sus víctimas eran los masculinos que frecuentaban los
antros de mala muerte del área.
Ellas les hacían insinuaciones de alto calibre a los
hombres bebidos, los que aceptaban eran trasladados a una esquina, cualquiera
de las dos les bajaba la cremallera y la otra le quitaba la cartera o revisaba
los bolsillos.
Muy famosas en la zona, inseparables, en ocasiones Yasuri
salía a “trabajar” sola y Misuli le cuidaba los dos hijos, cuyos padres eran
dos varones distintos del mismo barrio.
Vivir en los ghettos no es fácil, balaceras, riñas de
hombres o mujeres, olores fétidos, basura a montón, música a todo volumen a
cualquier hora y día de semana y abundante droga.
Yasuri y Misuli, son las dos mujeres típicas que los
zaguanes absorbe, se niegan a buscar un futuro mejor para ellas y sus familias,
quieren comodidades, vida fácil o dinero mediante delitos o su vulva.
Pero no todos en las áreas pobres son delincuentes, ya
que existe gente que se prepara para salir de las carencias y la inmundicia que
los rodea.
Era tres de noviembre de 2021, las chicas se
preparaban para “laborar”, activaron su “modus operandi”, le cayeron a un buay
que salió de la Saoco hasta la zapatilla en licor fuerte.
Un hombre acholado, de baja estatura y con una mochila,
andaba por los quioscos que abundan por esa zona cuando se le apareció Misuli.
La víctima primero se metió al casino que está frente
al Mercado de Buhonería de Calidonia, se ganó 600 dólares y posteriormente
ingresó a la Saoco a celebrar, donde estaban las cancheras y lo vieron contar
el dinero.
Al escuchar la propuesta de hacer un trío, al cholito
le brillaron los ojos y aceptó pagar 30 dólares a cada dama por la ponchera.
Supuestamente, se iban a la pensión que está al lado
de la farmacia Britannica en calle 25 Calidonia, pero al casi llegar, Yasuri se
colocó frente al hombre, lo besó y Misuli introdujo su mano derecha en el
bolsillo izquierdo del masculino.
Lo bolsearon, se llevaron un botín de 540 dólares y
corrieron con destino a la antigua empresa de hielo.
Sin embargo, lo que desconocían las féminas era que
todo fue captado por las cámaras de seguridad del Municipio de Panamá y la Policía
Nacional (PN) porque trabajan en conjunto.
Muertas de la risa, estaban en la esquina de calle 26
este y la avenida Perú, donde dos patrullas las interceptaron y detuvieron.
Las trasladaron a la estación de policía para ser
entregadas al Órgano Judicial para su proceso legal por robo.
El golpe no resultó y ahora pasarán unas vacaciones en
la cárcel de mujeres donde podrán reflexionar sobre su futuro.
Imágenes cortesía del Municipio de Panamá y el Ministerio
de Gobierno.
El día a día de muchas, lamentablemente 😕
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