Cuando me preguntan de qué parte vengo de Panamá,
sencillamente respondo lo siguiente: “soy chorrillero y ahora vivo en Vacamonte”,
lo que sorprende algunos, mientras otros no se extrañan.
Uno nunca debe ocultar sus orígenes, si eres de campo,
si vienes de los arrabales, de barrios pobres o determinado estrato social, a
menos que tu vida o futuro peligre si lo revelas.
La pobreza es fuente inagotable de temas para escribir
cuentos, novelas, obras de teatro, ensayos y poesía.
El poema “Cuartos” de Demetrio Herrera Sevillano
(1902-1950), desnuda la realidad de las casas de madera y las familias que allí
residen, ya que el poeta panameño vivió en el barrio de Santa Ana.
De niño residí en uno de esos caserones, en calle E,
Santa Ana, era de madera vieja y su estructura estaba condenada por los
bomberos.
Al ir a evacuar todos sabían porque llevabas el papel
sanitario, la tapa o el asiento del inodoro, jabón y toalla para luego bañarse.
Saludabas a los vecinos y todo era tranquilo, además de normal.
Pasar trabajo, ir al colegio sin comer, no tener
juguetes en navidad o los que deseas, las destruidas escuelas públicas, los
compañeros de salón y la vecina linda del barrio o la más mala del vecindario, también
es parte de la inspiración.
En la novela Los forzados de Gamboa de Joaquín Beleño
(1921-1988) dibuja un mapa de la pobreza en el popular barrio capitalino de San
Miguel.
Como escritor emergente me es imposible no escribir lo
que vi y viví de infante e incluyo esas aristas en la novela El Trébol de la
Muerte y los cuentos El rejo yanqui, Pedrito, el morcillero y La flor de
Clayton, que narra la historia de una vecina que iba a la antigua base
estadounidense en Panamá a “pescar” soldados yanquis para “mejorar” su futuro.
Balaceras, poca comida, patio limoso, señoras pobres,
pero con aspiraciones a “catrinas”, chicas de barrio escandalosas, consumo de
marihuana, hurtos, robos, viviendas destartaladas, heces, hediondez, homicidios
y gente con deseos de superación, son parte de lo narrado en numerosas obras
literarias.
Eres inspirador. Pedrito el morcillero, me encanta 🤗
ResponderBorrarTotalmente cierto.
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