De todo un poco es el poeta Wills Méndez, ama las
letras, la arquitectura y los diseños de video juegos. El artista le cuenta al
portal “Fígaro Ábrego, el escritor de Vacamonte”, las razones por las cuales
aterrizó en istmo y cómo entró en el mundo literario.
¿Quién
es Williams Méndez?
Una
pregunta difícil de contestar, mejor te cuento un poco de mi historia.
Nací en El Salvador, durante la guerra, en Cojutepeque, una ciudad al pie de un cerro con mucha neblina donde antes había frío hoy ya no. Mi familia se mudó a la capital donde crecí, aunque nos hemos mudado varias veces por diversas causas. Tuve una formación completamente católica y muy completa. Mi formación académica ha sido muy variada, obtuve un técnico en electrónica, luego el título de arquitecto, luego la maestría en Arquitectura y como me interesan mucho los softwares, la tecnología y el diseño actualmente estudio Diseño de videojuegos, además de poesía, ambos en Argentina. Me mudé a Panamá hace 11 años y ha sido una experiencia de vida increíble, iniciar en una sociedad desde cero y construir y redescubrirse a uno mismo ha sido el proceso más largo en mi vida, sin embargo, ha sido el más fructífero.
¿Cómo
llega de El Salvador a Panamá?
Justo
había terminado mi carrera de Arquitecto en la Universidad de El Salvador y
debido que me gradué con CUM Laude fui exonerado de mi tesis de grado y pude
obtener mi título casi al instante, gracias a eso una empresa con sede en ambos
países me ofreció venir a Panamá por un par de meses, en realidad no había un
plan de quedarse, era una experiencia de tres meses que ha durado ya años.
Llegué un 31 de enero en el vuelo del medio día, a la 1:00 p.m. hora local.
¿Cómo
nace su pasión por la literatura?
Creo
que es algo que se construyó poco a poco. No puedo determinar un instante
preciso y decir “aquí nace mi pasión”, por una parte, le debo a mi profesora de
literatura en el colegio, la señorita Perla, ella creo que fue la primera que
me dio esa chispa, luego hay otros momentos, como cuando me tocó dramatizar El
Principito y yo era el zorro. Mi mamá se esforzó mucho haciéndome un traje de
lobo para las presentaciones y estas cosas así son las que te van abonando a
sentir pasión por algo. Luego fue la propia curiosidad de conocer las figuras
retóricas, las formas del pensamiento literario, comprar libros de poesía y de
novelas, luego uno encuentra del amplio mundo uno nicho que a la vez es tan
grande y profundo, pero aquí sigo, cultivando esta pasión.
¿Háblenos
de sus poetas que lo inspiraron?
Mi
primer libro de poesía fue Rimas de Gustavo Adolfo Becquer, había leído otros
autores antes, muchos de hecho, pero este impactó y me inspiró a buscar más.
Hay muchas personas que me inspiran, no solo poetas,
los principales son: John Donne, poeta metafísico del siglo XV, que buscó
relacionar objetos completamente distintos con ideas nuevas, muy diferente a lo
acostumbrado en aquel tiempo, además no toca solo temas como el hombre, la
muerte y el amor, sino también la religión. Rainer María Rilke cuyo destino
siempre estaba en otra parte, los manuscritos de Vicente Huidobro que nos
invitan a crear con la poesía, siguiendo otra línea narrativa Milán Kundera, ya
que plantea de manera extraordinaria lo frágil que somos los seres humanos, lo
complicado de nuestras relaciones y sus obras mezclan lo político con lo
filosófico. Roberto Juarroz y su poesía que indaga en la metafísica y estira el
lenguaje hasta sus límites o más allá. Podría nombrar otros como Isaac Asimov y
su visión universal y tecnológica del ser humano y toda la obra de Byung-Chul Han, Ludwig Wittgenstein y mi siempre favorito
David Wojnarowicz.
¿Cómo
nace su creatividad o en que se basa para escribir?
Es
algo que va muy de la mano con mi profesión, con el diseño me auto bombardeo de
información tanto técnica como humanística, y siempre voy descubriendo temas
que me gustaría tocar, así que los anoto para posterior desarrollo. En el sentido
estricto de donde nace la creatividad pues de las personas y de las situaciones
que se dan entre nosotros más que del mundo natural. Nosotros nos diseñamos a
nosotros mismos, que mejor tema para profundizar. Uno se separa del mundo para
escribir, pero se envuelve en él para inspirarse.
Poeta
y loco, dicen algunos. ¿Qué dice sobre esto?
Si,
sin duda todos tenemos algo de eso. Ahora bien, ambos conceptos podrían decirse
opuestos, un loco actúa sin reflexión sobre sus acciones, así, todos hemos
cometido alguna locura, ya sea por amor, por aventura o por necesidad; en
contraparte, el poeta se debe a la reflexión, no solo a la reflexión del mundo exterior
-cualquiera que busque presentar- sino también al interior y sobre todo al de
la palabra.
Ambos
tienen acceso a realidades desconocidas, el loco disfruta su mundo, el poeta
busca transmitirlo. Todos cargamos con esa dualidad, basta decidir con qué
efecto nos sentimos más cómodos.
¿Qué
género literario prefiere leer y escribir?
En
primer lugar, poesía, tanto leer como escribir. Sin embargo, leo mucha
filosofía, arquitectura y antropología. En cuanto a géneros y temáticas, la
ciencia ficción y el misterio sobre todo si están relacionados con el espacio y
llevar al límite la condición humana.
¿Qué
opina del mercado literario panameño?
Antes
de la pandemia se veía poco, no es algo que esté en el día a día, ni en la
televisión o en la radio, tampoco es un tema frecuente de conversación. Ahora
con las redes sociales y el trabajo de muchas personas particulares se ha
incrementado y se ha dado a conocer la literatura en redes sociales, hay
comunidades de lectores, los instagramers que nos mantienen actualizados, hay
una necesidad de leer y compartir. Hay literatura, por supuesto, pero falta
mucho impulso tanto para el autor nacional, el residente y los escritores
jóvenes.
Explique
el espinoso camino del escritor independiente.
La
escritura, como toda profesión, requiere una formación. Lo primero es eso,
preguntarse dónde encuentro ese conocimiento. Posterior a eso un escritor que
decide publicar por su propia cuenta ya sea en plataformas digitales o en
editoriales independientes, se enfrenta a otro desafío: venderse. La literatura
no debe verse como un producto comercial porque se degrada, para eso tenemos el
libro como producto final que hay que promover y distribuir. ¿Cómo? ¿Por dónde
empiezo? ¿Qué digo en una presentación? ¿Quién es mi público? ¿Cómo llego a él?
En un mundo donde todo es atractivo ¿cómo ser más atractivo? ¿Puedo vivir de
esto o es más la inversión que el retorno? ¿Cómo no caer en lo banal? Son
preguntas que están relacionadas con la promoción y que debemos considerar, se
necesitan espacios que faciliten la promoción, público que asista y por
supuesto más acceso. Sin duda es un largo camino, pero también se disfruta
mucho.
¿Es
escritor de mapa o de brújula?
Estoy
trabajando por ser más de bisturí: retirar lo innecesario.
A
muchos escritores no les gusta mercadear sus obras. ¿Qué opina?
Es
una decisión propia. Es difícil, a mí también me cuesta mercadearme. Estoy
encontrándome, pero si el objetivo es darse a conocer, es un requisito
indispensable.
¿En
qué ocupa sus ratos libres?
Duermo,
el resto del tiempo siempre me ocupo en algo.
¿Cuáles
son sus proyectos literarios a futuro?
Por
el momento ninguno fijo, aunque siempre hay algo tras el telón, pero veremos
que nos prepara el futuro.
¿Qué
tiene que decir a los escritores anónimos con miedo de publicar obras?
Por
una parte, entiendo el no querer publicar, antes de la primera obra nunca
tampoco tuve intenciones de hacerlo, en parte porque no lo creí necesario y en
parte porque no sabía cómo hacerlo. Cuando me decidí fue un aprendizaje
inesperado, es una forma de madurar y ser más consciente e incrementar el compromiso
con lo que estás haciendo. Sin duda, hay que rodearse de gente sincera y
crítica pero que a la vez te anime a llevar a cabo tus proyectos.
¡Interesante! Me gusta leer un poco de cada escritor y definitivamente la historia de Will es admirable.
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