Aquiles del Cid llevaba consigo el doblón que le robó a un pirata inglés durante la batalla de la toma de Panamá, el 28 de enero de 1671, por Henry Morgan y su banda.
Mató al ladrón de mar, pero el
premio llevaba un accésit.
El soldado español logró vivir,
desde ese entonces, la colonia, la época de la Gran Colombia, la República de Nueva Granada, la
separación de Panamá de Colombia, las dos guerras mundiales, las de Corea, Vietnam y
otros acontecimientos.
El segundo premio era una
vida eterna sin envejecer, no tener hijos y no encontrar una solución para
morir, ya que Aquiles se volvió inmortal, conquistó muchas mujeres y la felicidad
no existía.
Intentaba desde hace
siglos la forma de quitarse la vida, se lanzó desde varios puentes, se apuñalaba,
pero no se hería, se envenenó unas 30 veces, no obstante, vomitaba y nada de fallecer.
Era imposible ayudarlo, trató
de regalar el doblón, lo entregó a más de 100 personas, sin embargo, al
introducir sus manos en cualquiera de los bolsillos, la moneda regresaba por
arte de magia.
La única forma de hallar el tan anhelado descanso era que la moneda encontrara otro dueño, lo que no
sabía el exsoldado español porque el pirata inglés la robó y lanzó la maldición
que si alguien lo despojaba de su tesoro penaría por siglos.
Dio vueltas al mundo como
30 veces en busca de la muerte, se lanzó de un barco en Cabo de Hornos, en Nueva
Esperanza, se desnudó en la Antártida y se radicó en Londres y Berlín durante
la II Guerra Mundial para ser achicharrado por los bombardeos aéreos.
Cansado, fatigado, el
dinero no le faltaba, tampoco las mujeres, pero cuando estaba por casarse, un demonio
invadía su cuerpo y las abandonaba para irse a otro país.
Ni siquiera falleció durante
los lanzamientos de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.
Ni la magia negra, la
blanca o religión alguna lo llevaba a cumplir su deseo.
El 14 de febrero del año
2000, conoció a Lorna García, estuvo dos meses de novio con ella, el blanco, de
ojos azules y rubio militar, enloqueció con la dama de piel canela.
Posteriormente que transcurrieron
364 años, se enamoró por primera vez, cuando robó la moneda, tenía 20 años y ahora
no deseaba morir sino vivir.
Al mes de conocer a
Lorna, salía de un bar, tomó un taxi con dos personas, el conductor lo llevó a
un lugar solitario, lo apuñalaron para robarle e incluso el doblón.
De inmediato su cuerpo se
desvaneció y su novia nunca supo de él.
Imagen del doblón español
cortesía de Dreamstime no relacionadas con la historia.
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